ENFOQUE DIAGNOSTICO
DE LA HEMATURIA
Prof. Dr. Víctor
Villanueva
La hematuria
es la presencia de eritrocitos en la orina en cantidades superiores a la
normal. En condiciones de buena salud el examen químico de la orina
no descubre la presencia de hemoglobina en la orina y el examen del sedimento
urinario en fresco encuentra de 0 a 2 hematíes por campo o en el
recuento de Addis con orina de 24 horas no hay más de 1 millón
de elementos. Se considera hematuria cuando se excede estos límites.
La hematuria
se manifiesta por cambios en el color y la transparencia en la orina cuando
es lo suficientemente intensa como para teñirla (más de 1,
5 ml. de sangre por litro de orina), esta es una hematuria macroscópica.
En otras circunstancias, la cantidad de sangre perdida al aparato urinario
es menor de 1, 5 ml. razón por la cual no hay cambios en el color
o aspecto de la orina y la hematuria solo se descubre con el examen químico
y del sedimento urinario. Esta es una hematuria microscópica.
Resumiendo, existe dos clases
de hematuria:
Macroscópica
Hematuria
Microscópica
¿Cómo
se presenta una hematuria macroscópica? En oportunidades la
orina es de color rojo, especialmente cuando pasa corto tiempo entre la
salida de los eritrocitos de los vasos sanguíneos y la observación
por el paciente . Esto puede suceder en lesiones destructivas del parénquima
renal (cáncer, TBC), hemorragias de la pelvis renal, uréter,
la parte anterior de la vejiga y uretra posterior. En estas circunstancias
la sangre puede coagular en el uréter correspondiente formando moldes
del mismo con aspecto vermicular (lombriz o gusano) si la hemorragia es
supra ureteral o intraureteral (dentro del uréter). Si es infraureteral
(debajo del uréter), son aplanados irregularmente redondeados, grumosos
pero nunca vermiculares. Como los eritrocitos no circulan por la nefrona
no hay formación de cilindros. En presencia de lesiones glomerulares
y túbulointersticiales, en las que no hay destrucción de
parénquima renal, los hematíes circulan a través de
los túbulos del nefrón en los que los hematíes son
traumatizados mecánicamente y expuestos a la acidez de la orina
con la transformación de la Hb. en hematina, los factores de coagulación
son reabsorbidos o metabolizados, muchos glóbulos rojos o la Hb
liberada por ellos pueden ser aglomerados por la proteína de Tam
Horsfall que hace de matriz y se forman cilindros hemoglobínicos
(hemáticos)y eritrocitarios. En este caso la orina es de color pardo,
como borra de café, no hay coágulos. En el sedimento se verá
los cilindros de hemoglobina y de hematíes. Otras veces la pérdida
hemática, alta o baja, es escasa:2-3 ml. de modo que la coloración
de la orina es rosada, parecido al del agua de lavado de carne. En todos
los casos de hematuria macroscópica la orina se presenta turbia
no permitiendo ver a través. del recipiente que la contiene.
Resumiendo,
una hematuria macroscópica puede presentarse con orinas color rojo,
pardo oscuro o rosado.
Hemoglobinuria:
Es la
presencia de hemoglobina liberada del eritrocito en la orina. Da positiva
la reacción para sangre en el examen químico de la orina
pero la observación del sedimento urinario no encuentra hematíes.
Tiene un significado diferente a la hematuria por cuando esta liberación
del pigmento se produce dentro de los vasos sanguíneos, extrarrenales
generalmente, y la hemoglobina liberada en la circulación filtra
en el glomérulo y se excreta por la orina dándole una coloración
marrón rojizo o caoba. Esto sucede en las anemias hemolíticas
en la que la destrucción de hematíes se produce en forma
relativamente intensa y rápida como para sobrepasar la capacidad
de captación por el sistema retículoendotelial. Ejemplos:
anemia hemolítica por transfusiones de sangre incompatible, anemia
hemolítica autoinmune, hemoglobinuria paroxística, etc. Como
la hemoglobina se une a la haptoglobina (una alfa globulina plasmática)
y la consume, los valores de la haptoglobuna en el plasma bajan en las
hemólisis agudas (normal: 50 a 150 mg %.). Además, en las
hemólisis se libera gran cantidad de la enzima LDH al plasma y sus
niveles aumentan (normal 60-170 mU. I/ml). Lo más importante, después
de unas horas, se observa ictericia flavínica (amarillo limón).
Pseudohematuria:
Debemos
diferenciar la hematuria verdadera de las falsas en las que la orina se
tiñe con sustancias coloreadas diferentes a la hemoglobina de los
hematíes, o bien por hematíes que provienen de órganos
vecinos al aparato urinario como el genital, especialmente femenino, o
el recto y que contaminan la orina que es, por otra parte, normal. Algunas
sustancias como la fenazopiridina, antipirina (analgésicos ambos),
anticonvulsivantes como la fenitoina, laxantes como fenolftaleina o dantrona,
antibacterianos como la rifampicina y algunas sulfas (sulfisoxazol y sulfametoxazol),
la vitamina B12, sedantes (fenotizinas), alimentos determinados (remolacha,
zanahoria y zapallo) pueden comunicar un color rojo naranja o rosado a
la orina. Otros tipos de sustancias pueden teñirla de color marrón
oscuro como nitrofurantoina, sulfas, cloroquina, metildopa, fenacetina,
salicilatos, levodopa, deferroxiamina (quelante del hierro). Los pigmentos
biliares en una ictericia o las porfirinas de las porfirias que se excretan
en la orina, se oscurecen al exponerse al aire ambiente y comunican un
color marrón a la orina y pueden confundirse con hematuria. El cuadro
clínico propio de estas enfermedades junto con las reacciones químicas
negativas para sangre en la orina y la falta de hematíes en el sedimento
aclaran las dudas.
Mioglobinuria:
La mioglobina,
una proteína compleja con el grupo prostético hem, existe
en las fibras musculares estriadas y lisas. En los procesos con destrucción
muscular extensa (síndrome de aplastamiento en los traumatismos
graves, convulsiones, esfuerzos musculares intensos y duraderos, mionecrosis
en la gangrena), se libera mioglobina que circula libre en el plasma y
filtra en el glomérulo, no se reabsorbe y se excreta por la orina
tiñéndola de color marrón o rojo. La sintomatología
propia de las enfermedades causales de liberación de mioglobina,
añadido a la falta de hematíes en el sedimento a pesar de
que las reacciones químicas para sangre pueden dar positivo, ayudan
en la diferenciación. Además, la mioglobina se disuelve en
una solución 3, 2 N (normal) de sulfato de amonio de modo que la
orina sometida a esta prueba no cambia el color marrón pero en caso
de hematuria o hemoglobinuria se produce un precipitado coloreado pero
el líquido sobrenadante es incoloro.
Uretrorragia:
Es la
salida de sangre pura, sin mezclarse con la orina, a través del
meato uretral. Se ve en la litiasis urinaria al expulsarse un cálculo
vesical, traumatismos de la uretra, tumores uretrales, uretritis.
Etiología
de la hematuria:
Las enfermedades
que pueden causar hematuria son múltiples: enfermedades inflamatorias
no sépticas, infecciones, enfermedades autoinmunes, neoplásicas,
circulatorias, hematológicas, etc. Desde un punto de vista topográfico,
atendiendo el órgano urinario predominantemente involucrado en la
hemorragia, podemos clasificar las causas de hematuria en:
De origen renal
De origen ureteral
HEMATURIA: De origen vesical
De origen uretroprostático
De origen general, extraurinario
Las enfermedades
renales pueden ser del parénquima renal, intersticio y vasos sanguíneos
o de los conductos excretores del riñón (cálices y
pelvis renal). Entre las enfermedades del parénquima renal tenemos
las glomerulopatías, en sus variedades primarias y secundarias a
enfermedades sistémicas (colagenosis, vasculitis) y carcinoma renal.
Enfermedades del intersticio y de los túbulos: pielonefritis, nefritis
intersticial por analgésicos. Causas vasculares: infarto renal por
trombosis de vena o arteria renal. Patología de los cálices
y pelvis renal: litiasis, carcinoma. La tuberculosis renal afecta el intersticio
y los túbulos renales por un lado, y los cálices y pelvis
por el otro en su evolución.
Causas ureterales:
la litiasis y los carcinomas son los más frecuentes.
Causas vesicales:
las cistitis , los cálculos, el cáncer y la tuberculosis.
Causas uretroprostáticas:
neoplasias, cálculos, hipertrofia y carcinoma de la próstata.
, cuerpos extraños (trozos de sondas vesicales rotas al extraerlas).
Causas extrarrenales
de hematuria: Las enfermedades hemorragíparas: púrpura
trombocitopénica, hemofilia, enfermedad de Rendú Osler, medicación
anticoagulante, hipoprotrombinemia no medicamentosa, enfermedad de von
Willebrand.
Diagnóstico
de la hematuria:
Se basa
en tres parámetros: el interrogatorio, el examen físico y
los exámenes complementarios.
Interrogatorio:
La edad
puede servir de orientación puesto que en la niñez son más
frecuentes las glomerulonefritis y las pielonefritis. En la edad adulta
lo son las litiasis, pielonefritis , glomerulonefritis y tuberculosis.
Después de los 50 años predominan el cáncer de riñón
y vejiga y la patología prostática (adenoma y carcinoma).
Se puede ver también litiasis e infecciones urinarias.
Los antecedentes
pueden ser importantes: Una historia familiar de enfermedad renal y sordera,
a veces con alteraciones oculares (cataratas, queratocono) orientan al
síndrome de Alport (glomerulopatía). Familiares del paciente
en 1 o 2º que padezcan tendencia a las hemorragias orientan a una
coagulopatía. La poliquistosis en alguno de los progenitores o abuelos
es un dato importante. La ingestión de medicamentos puede causar
hematuria y debe ser investigada , especialmente analgésicos y /
o anticoagulantes.
Algunos síntomas
son orientadores: por ejemplo un cólico renal seguido de hematuria
orienta a litiasis, pero si en este contexto se eliminan coágulos
vermiformes, pensar en enfermedad destructiva del riñón (TBC,
cáncer). Si además de la hematuria hay fiebre y lumbalgia
sin cólicos, pensar en pielonefritis aguda y si a esta sintomatología
se agrega anuria y eliminación de trozos de tejidos en un diabético,
pensar en papilitis renal necrotizante. Un dolor hipogástrico que
irradia al pene, con tenesmo acompañando a la hematuria orienta
a una litiasis vesical. Una hematuria indolora con antecedentes de nicturia
polaquiria y disuria hace sospechar patología prostática.
El antecedente de una arritmia cardíaca (fibrilación auricular)
con hematuria, con o sin dolor lumbar induce a sospechar embolia renal.
Lo mismo si el paciente está cursando un infarto de miocardio. Pero
si recibe heparina por el infarto corresponde diferenciar iatrogenia con
embolia.
Examen físico:
Se debe
efectuar un examen completo y no solo del aparato urinario, pues signos
extraurinarios, pueden aportar elementos valiosos para el diagnóstico.
Así tendremos que en un paciente con púrpura y antecedentes
de otros sangrados (epistaxis, gingivorragias, enterorragia o melena),
se puede pensar en una diátesis hemorrágica , espontánea
o inducida por anticoagulantes (antecedentes de recibir dicumarínicos).
Si existe artritis o artralgias con diarrea sanguinolenta y cólicos
abdominales luego de un cuadro respiratorio alto se puede sospechar púrpura
anafilactoide de Schónlein Henoch. Si el paciente tiene, además
de hematuria, edema subcutáneo e hipertensión arterial, cabe
pensar en una un sindrome nefrítico agudo o subagudo, y si hay signos
de insuficiencia cardíaca con anorexia, náuseas o vómitos
y mal estado general, se trata de una glomerulopatía crónica
con insuficiencia renal terminal. En un paciente femenino, hematúrico,
micro o macroscópico, con artritis, fiebre y eritema malar en alas
de mariposa pensar en lupus eritematoso sistémico.
En el
examen del aparato urinario se palpará los riñones pues una
nefromegalia indolora unilateral puede orientar a un cáncer renal,
si es bilateral, una poliquistosis renal, si es dolorosa y unilateral y
precedida por un cólico más bien corresponde a una uronefrosis
litiásica. La puñopercusión positiva puede orientar
a pielonefritis, litiasis, tuberculosis, infarto renal . Lo mismo vale
para el dolor en los puntos ureterales. La palpación y percusión
del hipogastrio nos aportaran datos sobre patología vesical y/o
retención urinaria baja. No debe olvidarse el tacto rectal que nos
informará de la próstata.
Prueba de los tres vasos
de Guyon:
Sirve
para localizar aproximadamente la topografía de una hematuria macroscópica.
Consiste en hacer orinar al paciente y tratar de que distribuya la micción
en tres vasos, con lo cual se puede observar :
a) la orina de los
tres vasos es de color rojo (toda la orina sale teñida de rojo).
Se trata de una hematuria total y la ubicación del sangrado es el
riñón y parte inicial del uréter.
b) la orina del primer
vaso es rojiza mientras que la del segundo y tercero es de color amarillo
ámbar (al principio sale roja y luego es de color normal). Es una
hematuria inicial y la ubicación de la hemorragia es la parte inferior
e la vejiga y la uretra membranosa y prostática.
c) La orina de los
dos primeros vasos es normal (amarillo ámbar) y la del tercer vaso
es roja o de color pardo oscuro Es una hematuria terminal o final y el
sitio de la hemorragia está en la parte posterior o transfondo de
la vejiga.
Si es
imposible juntar la orina en los tres vasos por diversas causas, basta
con observar la micción y se podrá verificar las mismas alteraciones
que en los tres vasos.
Laboratorio:
El análisis
completo de orina es fundamental, primero para certificar la hematuria,
especialmente si es microscópica y descartar pigmenturias (orinas
coloreadas por elementos diferentes a la sangre). Los datos del análisis
de orina que certifican una hematuria son, la reacción positiva
para hemoglobina en el examen químico y el hallazgo de hematíes
en el sedimento, ya sea aislados o agrupados, o bien, formando cilindros.
Recordar que en la hematuria microscópica, en el análisis
de orina se considera que hay hematuria cuando se cuenta más de
dos eritrocitos por campo microscópico a 40 aumentos o bien cuando
en el recuento de Addis con orina de 12 hs. se encuentra más 500.
000 elementos por ml. Cuando el origen de la hematuria es renal, especialmente
enfermedades glomerulares o tubulares no destructivas, los hematíes
aparecen deformes, rotos, a veces con aspecto espiculado o de pera (hematíes
dismórficos) y forman cilindros con hematíes identificables
(cilindros eritrocitarios) o bien sin identificar eritrocitos pero teñidos
con hemoglobina (cilindros hemoglobínicos). En las enfermedades
destructivas del riñón (carcinoma, TBC) y en las hemorragias
por debajo del riñón, no hay cilindros ni hematíes
dismórficos. El hallazgo de otras anormalidades de la orina son
de ayuda. Por ejemplo la existencia de neutrófilos conservados o
en degeneración o necrosis (piocitos) orientan a una pielonefritis,
cistitis, prostatouretritis o TB. Si además de neutrófilos
hay linfocitos pensar en una nefritis intersticial no bacteriana. Si hay
abundante cristales en el sedimento se puede pensar en una litiasis urinaria.
Si además de la hematuria hay proteinuria mayor de 1 g. por día
y cilindruria se debe pensar en una glomerulonefritis. Si hay sospecha
de cáncer de uréter o vejiga, la tinción del sedimento
con el método de Papanicolau puede encontrar células anaplásicas.
Los otros
análisis de rutina (hemograma, eritrosedimentación, uremia,
glucemia) orien-taran hacia el diagnóstico o sugeriran la indicación
de otros análisis: coagulograma, hepatograma, exámenes bacteriológicos,
recuento de Addis, proteinuria de 24 hs, estudios inmunológicos
en la sangre.
Estudios
por imágenes:
Comprenden
la radiología convencional, ecografía y la tomografía
axial computada. Todos ellos buscan signos morfológicos de lesión
del aparato urinario que en algunas circunstancias son de por si diagnósticos
sin necesidad de otra metodología como en el caso de quistes renales
o cálculos radio opacos. En otras circunstancias producen alteraciones
bastante características que permiten sospechar el diagnóstico
como las alteraciones en clava de los cálices renales en la pielonefritis,
las distorsiones de los cálices y pelvis con cavernas parenquimatosas
en la TBC, las imágenes lacunares por falta de relleno en los cálculos
y tumores vegetantes en la vía urinaria en el urograma excretor
. La invasión de estructuras vecinas que se aprecia en la ecografía
y la tomografía computada en los casos de carcinomas, lo cual, además,
permite estadificar el paciente para evaluar un tratamiento quirúrgico.
En las nefropatías "médicas"(no pasibles de tratamiento quirúrgico
como las glomerulonefritis crónicas, la nefroangioesclerosis, nefritis
intresticiales) se aprecia disminución bilateral, difusa de las
dimensiones renales que permite sospechar el diagnóstico. La ecografía
y la tomografía axial computada sirven como guía cuando se
desea efectuar punción biopsia de una lesión renal o para
evacuar una colección líquida.
La urografía
excretora y la ecografía son métodos más baratos pero
la radiología utiliza la inyección de sustancias yodadas
potencialmente tóxicas o alergénicas. La tomografía
computada es más cara y tambien requiere el uso de contraste, con
los mismos problemas que en la radiología. La pielografía
retrógrada o ascendente se utiliza cuando se sospecha una obstrucción
ureteropiélica y el paciente tiene una azoemia superior a 1 g% en
cuya circunstancias el riñón es incapaz de excretar el contraste
yodado con lo que no se puede opacificar el aparato urinario. Es un método
invasivo en el cual se coloca un catéter en uréter que puede
ocasionar su traumatismo y /o una infección ascendente renal.
Endoscopía:
Entra
en la categoría del método de imágenes.
Util
cuando se sospecha una causa vesical o prostática de hematuria pues
además de observar los aspectos macroscópicos de las lesiones
permite la toma de una muestra de tejido para anatomía patológica.
Otra circunstancia de uso de la uretrocistofibroscopía es cuando
las imágenes no aportan datos de las causas de hematuria y se desea
saber cual árbol urinario es el que está sangrando para focalizar
otros estudios (arteriografía o pielografía retrógrada).
Arteriografía:
Se utiliza
cuando se sospecha tromboembolismo de la arteria renal o cuando existe
una masa renal que no se puede biopsiar y también en caso de uronefrosis
por vasos polares renales que comprimen la unión pieloureteral.
Biopsia:
Las biopsias
más frecuentemente utilizadas en el diagnóstico de la hematuria
son la punción biopsia renal, punción biopsia de próstata
y biopsia endoscópica de la vejiga. La punción biopsia renal
se utiliza con control tomográfico computado para acceder exactamente
al sitio de la lesión. La punción biopsia de la próstata
se efectúa por vía rectal, antes se lo hacía a ciegas
guiado por el tacto rectal pero actualmente se puede hacer bajo control
ecográfico o tomográfico. Cabe agregar que en las hematurias
en que se sospeche enfermedad glomerular, además de las técnicas
usuales de microscopía óptica, se utiliza la inmunofluorecencia
para identificar depósitos de complejos inmunes en dicha estructura,
y la microscocopía electrónica para identificar la localización
exacta de dichos depósitos en las paredes del glomérulo.
Estos datos permiten diferenciar, en algunas circunstancias, las diferentes
glomerulopatías, especialmente cuando se complementa con la clínica
y algunos estudios inmunológicos en la sangre.
Resumen:
1. No todas las hematurias
son de causa urinaria.
2. Una hematuria que se
acompaña de cilindros hemáticos y una proteinuria de 24 hs.
mayor que 1 g . y/o con hematíes deformes en el sedimento, es probablemente
de origen glomerular.
3. La prueba de los tres
vasos es útil para ubicar el origen de una macrohematuria
4. Se debe efectuar una
anamnesis en cuanto a medicaciones previas recientes y sintomatología
concomitante cuando no hay síntomas urinarios.
5. El examen físico
debe ser completo y no solo del aparato urinario.
6. Pedir los estudios complementarios
más baratos, menos invasivos o menos sujetos a efectos colaterales
tóxicos y que más información aporten. Ejemplo :análisis
de rutina con una urografía excretora o una ecografía renal
bilateral y vesicoprostática.
7. En el anciano las causas
más frecuentes de hematuria son el cáncer de la vejiga ,
el de riñón, la patología prostática y la litiasis.
BIBIOGRAFIA:
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