LAS RELACIONES
Y LA REALIDAD
Prof. Dr. Edgardo A.
Marecos
Algunos pensadores expanden
con tanta fuerza su producción intelectual que ella podrá
dar origen a líneas de pensamiento cuyas diferencias diametralmente
opuestas solo pueden ser explicadas por el germen de libertad que lleva
implícita la misma. George Hegel (1770-1831) es uno de estos personajes
notables, su influencia se hizo y se hará sentir por generaciones.
Fue un típico
intelectual racional y lógico, tanto que siendo aun joven sus compañeros
lo llamaban "el viejo", creo innecesario explicar la metáfora. Su
filosofía es de un idealismo absoluto. Le toco vivir una época
de cambios profundos y pese a que veía a la revolución francesa
como un hecho en favor de la libertad, no era ciego a las contradicciones
que indudablemente existían tales como el accionar sobre los individuos
y el privilegiar determinados intereses.
Con Kant se no había
demarcado los limites de la razón, Hegel por su parte le confería
una infinitud integradora, considerándola como algo absolutamente
dinámico. Sostenía que los seres son un "momento del proceso
que esta viviendo la totalidad" y que cada "ser" esta comprometido dentro
del devenir del todo. Esta forma de pensamiento es muy afín con
la filosofía oriental y nos abre al camino para poder encontrar
muchas de las respuestas a cuestiones difíciles de entender.
Como en tantos otros
casos que lo precedieron, se considera a su trabajo como la superación
del pensamiento pasado, Kant había sostenido que nuestro pensamiento
es fenoménico, es decir que se conoce solo lo que aparece (fenómeno),
no lo absoluto. Hegel por su parte relativiza el conocimiento al pensar
a la "realidad como el conjunto de relaciones", ellas son las únicas
que presentan el carácter de lo absoluto.
En nuestra profesión,
como en tantas otras disciplinas, este pensamiento tiene la fuerza de lo
sistémico y rutinario.
Decía Hegel
que solo podemos entender las particularidades en el todo y solo se es
en relación con los demás. Su modelo de ser, es el "ser en
relación". Como vemos su pensar acerca del "yo " es además
totalmente diferente al propuesto por Descartes y lo expresa sin dejar
margen a las dudas al decirnos, "el yo es lo que es, en relación
con lo que no es". Expresión de una dialéctica en permanente
cambio que al mismo tiempo nos asegura a nosotros la condición ineludible
de seres sociales.
Ya en el siglo XX,
Vigotsky postula una idéntica condición para el aprendizaje,
al sostener que este es un proceso que siempre incluye relaciones entre
individuos, conjugando una única raíz epistemología
y filosófica. Son las relaciones las que conforman un sistema que
da sentido a la realidad como un todo, las partes son solo un resultado
a partir de aquellas.
La actualidad mundial
nos ratifica esta línea de pensamiento que no admite exclusividad,
pero si el hecho de la dinámica implícita hace que cosa concreta
nos remita irremediablemente a la totalidad.
La mal querida globalización
es una forma bastarda de presentación de esta dinámica que
hoy ha invadido todos nuestros espacios y la hemos aceptado con o sin conocimiento
de la gravedad de sus intenciones, pero con muy poca resistencia, salvo
algunos hechos puntuales como los iniciados en Seattle hace tiempo atrás
Para Hegel la forma de evidenciar el comportamiento propio de la razón
es cuando la misma se hace dialéctica, se parte del todo comenzando
a estructurar la realidad con una afirmación (la tesis), que debe
ser contradicha (antítesis), para posteriormente realizar la conciliación
entre los opuestos a lo cual denomina síntesis (sin-del griego-composición).
Estos serian los tres
momentos fundamentales, enlazados entre si con tal grado de compromiso,
que la síntesis de un proceso será la tesis del siguiente,
lo cual impide la dispersión al infinito para alcanzar la síntesis
superadora.
Define a tesis como
una "afirmación cualquiera" y sostiene que todos los conceptos llevan
dentro de si un conflicto, es este el que le dará "movimiento" al
cual denomina antítesis. Como negación de la afirmación
será la encargada de dinamizar la realidad.
Por fin y principio
aparece la síntesis, a la que considera como un movimiento de conciliación
cuya función será la superación del conflicto que
se puede ver como la negación de una negación anterior, pero
de la cual conservará lo positivo de los dos momentos anteriores.
Es en ese punto donde radica el germen de la perpetua creación.
Hegel nos describió
para nosotros una metáfora maravillosa de la realidad al describirla
como un proceso en permanente ascenso, donde el espacio quiere ser cosa,
la cosa ser viviente, lo viviente ser hombre y el hombre ser Dios".
La filosofía
hegeliana escapó a su intencionalidad primigenia, lo cual es casi
una constante y fue con el correr de los años el origen de ideologismos
los cuales darán nacimiento a formas totalmente dispares de totalitarismo.
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