Revista de Posgrado de la  VIa Cátedra de Medicina - N° 112 – Febrero 2002

Páginas: 27-31

 

TRATAMIENTO DE LA INSUFICIENCIA CARDIACA CON BETA-BLOQUEANTES

Sergio Daniel Montenegro, Hugo Omar Díaz

Prof. Dr. Miguel H. Ramos

 

INTRODUCCION

En la actualidad, muchos pacientes que padecen de diversas enfermedades cardíacas sobreviven gracias a los modernos tipos de tratamiento y a la rapidez de respuesta de los servicios médicos, esto lleva a que muchos de estos pacientes que antes fallecían por la falta de manejo adecuado, ahora queden con cierto grado de limitación en la función cardíaca. Por consiguiente, al aumentar la sobrevida de estos pacientes, aumenta la prevalencia de los pacientes con insuficiencia cardíaca crónica, debido a las alteraciones residuales que dejan al corazón con cierto grado de limitación.

     A pesar de la disponibilidad de una medicación adecuada, el pronóstico para estos pacientes permanece pobre aún. Muchos de los fármacos utilizados en la insuficiencia cardíaca crónica pueden mejorar los síntomas a corto plazo pero son pocos los que hasta ahora han logrado prolongar la sobrevida a largo plazo (1).

      Esta es justamente una de las características importantes de los beta bloqueantes, ya que los diversos ensayos clínicos controlados concluyeron que el uso prolongado de los b bloqueantes en el tratamiento de la insuficiencia cardíaca ha logrado prolongar la sobrevida.

     Pueden ser usados una variedad de drogas en esta patología, como ser los diuréticos, vasodilatadores, digitálicos, entre otros. Años atrás se conocían a las drogas beta-bloqueantes como depresoras de la función miocárdicas y como causa de empeoramiento de la insuficiencia cardíaca, por lo que su uso estaba contraindicada en la insuficiencia cardiaca. En las últimas dos décadas se fue reconociendo de que la activación simpática como mecanismo compensador necesario para mantener el volumen minuto cardíaco, en realidad demostró ser deletérea para la función miocárdica y la sobrevida del paciente a largo plazo (1).

      Con el surgimiento de estos nuevos conocimientos queda abierta una nueva perspectiva en el tratamiento de la insuficiencia cardiaca. Se han hecho grandes estudios controlados que demostraron la eficacia de los beta bloqueantes en el tratamiento de esta patología, y es importante tenerlos en cuenta para introducir su uso a los tradicionales esquemas terapéuticos y de este modo mejorar la calidad y la sobrevida de estos pacientes.

 

Antecedentes

     Los primeros investigadores que consideraron el uso de los betabloqueantes en la insuficiencia cardiaca fueron Waagstein y Hjalmarson en 1974. Ellos realizaron diversos estudios con estas drogas, así en 1979, condujeron un estudio en el que se usó beta bloqueantes en la cardiomiopatía congestiva, dando resultados satisfactorios, concluyendo que su uso podría extenderse a otras formas de insuficiencia cardíaca, pero lo más importante fue el descubrimiento de un efecto que hasta ese momento no se conocía, que fue el aumento de la sobrevida (2).

     Estos primeros ensayos clínicos sirvieron de antecedentes para los ensayos clínicos posteriores con estas drogas.

     Entre estos tenemos al estudio Copernicus (Carvedilol Prospective Randomized Cumulative Survival) que demuestra que su fármaco Carvedilol reduce un 35% el riesgo de muerte, es decir que tratando 1000 pacientes durante 3 años se puede conseguir salvar 200 vidas (3-4). 

     Se están realizando diversos estudios para comprobar si existen diferencias clínicamente relevantes entre los diversos fármacos que componen la familia de los b bloqueantes (5).

     Otros ensayos clínicos a gran escala que avalan el uso de b bloqueantes en la insuficiencia cardíaca son el CIBIS (Cardiac Insufficiency Bisoprolol Study), MERITH-HF (Metoprolol Randomised Intervention Trial in Congestive Heart Failure), CIBIS II, US Trial, entre otros.

 

Posibles mecanismos del efecto beta-bloqueante  

El carvedilol provee beneficios hemodinámicos a través de un balance en el bloqueo de los receptores beta, que tienen un efecto dual, por un lado reducen el trabajo cardiaco y por el otro producen una vasodilatación periférica.  

Esta droga asegura una protección cardiovascular a través de sus acciones antiproliferativas, antiaterogénica, antiisquémica, antihipertrófica y antiarrítmica.         

Estas acciones son una consecuencia de sus potentes efectos antioxidantes, disminución del metabolismo lipídico, glucosa, modulación de los factores neurohormonales y modulación de las propiedades electrofisiológicas cardíacas (6).

Al reducir la frecuencia cardíaca disminuyen el metabolismo miocárdico, prolongan el llenado diastólico y de esa manera el tiempo de perfusión, aumentando el flujo coronario efectivo, y también se hace más eficiente la relación fuerza-frecuencia del músculo cardíaco (7). 

En los ensayos clínicos contribuyen a la reducción del infarto (8).       

La reducción de las arritmias supraventriculares y ventriculares a consecuencia de la disminución simpática y de la isquemia miocárdica, como también una mejoría de la función barorrefleja, podría contribuir a la reducción de la muerte súbita en la insuficiencia cardíaca crónica (8-9).

La utilidad terapéutica del carvedilol en la insuficiencia cardíaca congestiva está basada en una combinación de beneficios hemodinámicos y protección cardiovascular (6).

 

Efecto sobre la Fracción de Eyección del Ventrículo Izquierdo 

Al iniciar el tratamiento con bloqueadores b puede haber una caída aguda de la fracción de eyección. Recién luego de varios meses se puede evidenciar la reducción de los volúmenes ventriculares y la mejoría de la fracción de eyección. La función ventricular puede seguir mejorando aún después del año de iniciada la terapia (10-11).      

Se podría pensar que el aumento en la fracción de eyección no se debe a un mejor rendimiento del ventrículo izquierdo, sino a la reducción de la frecuencia cardíaca, con aumento del volumen ventricular de fin de diástole, y puesta en marcha el mecanismo de Frank-Starling (10).

 

Efecto sobre la Prueba de Ejercicio

Los efectos de las diferentes drogas beta-bloqueantes sobre la capacidad de ejercicio a largo plazo han sido variables. La mayoría de los primeros estudios con metoprolol, un bloqueante b 1 selectivo, mostraron una mejoría en las pruebas de rendimiento de ejercicio en un plazo mayor de 3 a 4 meses. A su vez beta-bloqueantes no selectivos como el bucindolol, el nebivolol y la mayoría de los estudios de carvedilol, no mostraron mejoría en la capacidad de ejercicio máxima (12).

Es posible que el bloqueo selectivo de los receptores b 1, al dejar libre los receptores b 2, permitan que estos contribuyan al aumento de la frecuencia cardíaca durante el ejercicio. La vasodilatación periférica durante el ejercicio es mediada por los receptores b 2, y esto quizás es importante en el beneficio de las drogas b 1 selectivas. (13)          

 

Efecto sobre las Internaciones Hospitalarias 

Las evidencias que arrojan los diferentes ensayos clínicos como el MDC (Metoprolol in Dilated Cardiomyopathy ) (11) y el MERITH-HF (14) que utilizaron metoprolol, el CIBIS (15) y CIBIS II (l6) con bisoprolol y el Us Trial (17)y el Copernicus (3) con carvedilol afirman que aún aquellos que no encontraron una reducción de las mortalidad, disminuyeron significativamente las internaciones hospitalarias (18).

 

Efecto sobre la mortalidad total  

Los diferentes ensayos clínicos que utilizaron el carvedilol, metoprolol, o bisoprolol concluyeron que los b bloqueantes disminuyen significativamente la morbimortalidad y podría deberse a un efecto de clase (10). Ya que se observa tanto en los específicamente b1 selectivos como el bisoprolol y el metoprolol, como en aquellos que bloquean el receptor adrenérgico b1 y b2 como el carvedilol; que también tiene otros efectos como el bloqueo del receptor adrenérgico vascular a1, o su acción antioxidante (13).  

 

Costo efectividad con el uso de beta bloqueantes  

La terapia con carvedilol cuesta mucho menos dinero si es comparada con otros tratamientos combinados, no solo por el costo del medicamento en sí, sino también por el costo de cuidados de estos pacientes cardiovasculares. Es decir que al disminuir el número de hospitalizaciones, disminuir el número de muertes y el costo reducido de la terapia con esta droga se incrementa la sobrevida y se disminuyen los costos estimados (19).

 

Farmacología de los b bloqueantes (1)

     El carvedilol es frecuentemente usado como mezcla racémica, carvedilol R-S, consistiendo en igual cantidad de carvedilol R, un alfa bloqueante, y carvedilol S, un alfa y beta bloqueante. El carvedilol R aumenta la frecuencia cardíaca durante el ejercicio y el carvedilol S la disminuye, mientras el carvedilol R-S disminuye la frecuencia cardíaca durante el ejercicio y la presión arterial sistólica en el resto y durante el ejercicio (13)

     El carvedilol es un antagonista a y b adrenérgico no selectivo. Se encuentra dentro de la familia de los fármacos simpaticolíticos postsinápticos.

     Los b bloqueantes pueden ser divididos en tres grupos diferentes:

§      El primer grupo consiste en b bloqueadores no selectivos sin propiedades adicionales e incluye drogas tales como el propanolol y timolol.

§      El segundo grupo consiste en bloqueadores b selectivos sin propiedades adicionales, este grupo incluye metoprolol y atenolol.

§      El tercer grupo consiste en b bloqueadores no selectivos que tienen la propiedad adicional de vasodilatación. Incluidos en este grupo están el labetalol, el carvedilol y el bucindolol.

     El bucindolol y el carvedilol produce menos agonismo inverso que la mayoría de los otros b bloqueadores. Agonismo inverso es la habilidad de un b bloqueante para inactivar receptores en estado activo. Los b bloqueadores con mayor agonismo inverso como el propanolol produce los mayores efectos cronotrópicos e inotrópicos. De este modo el bucindolol y el carvedilol producen relativamente menos efectos cronotrópicos e inotrópicos cuando son comparados con los otros b bloqueantes como propanolol.

Mecanismo de acción: las acciones b bloqueantes del carvedilol son generalmente evidentes en humanos dentro de la hora de administración, y los efectos vasodilatadores a mediados, manifestado por disminución de la resistencia periférica y descenso de la presión sanguínea, son evidentes a los 30 minutos luego de la administración.

     En altas dosis el carvedilol ejerce actividad bloqueante sobre los canales de calcio .

     También tiene propiedades antioxidantes significativas . El carvedilol inhibe la generación de radicales libres de oxígeno y previene la oxidación de LDL, lo cual invierte o reduce la captación de LDL dentro de la vasculatura coronaria. Esta actividad antioxidante puede contribuir a los efectos cardioprotectores del carvedilol. El carvedilol ha demostrado efectos favorables sobre los perfiles lipídicos de pacientes hipertensos con dislipidemia.

Metabolismo y excreción de la droga: el carvedilol es rápidamente absorbido luego de su administración oral, alcanzando sus máximas concentraciones plasmáticas dentro de 1 o 2 horas. El promedio de eliminación del carvedilol generalmente ocurre de 7 a 10 horas después. La frecuencia de absorción es retrasada por la toma de carvedilol con alimentos.

     El carvedilol es metabolizado en su primer paso por el hígado. Tres metabolitos activos del carvedilol han sido identificados, pero ninguno de estos componentes parece contribuir a la actividad b bloqueante del carvedilol. El carvedilol es primeramente metabolizado por el hígado. Menos del 2% de una dosis dada se excretada en forma inalterada en la orina. Las concentraciones en plasma de carvedilol están aumentadas en pacientes con insuficiencia renal. El carvedilol está altamente unida a proteínas plasmáticas y es por lo tanto no aclarado por hemodiálisis .

 

Indicaciones

     En pacientes clínicamente estables o quienes permanecen sintomáticos a pesar de estar recibiendo IECA, diuréticos y digital, la adición de un beta bloqueante ha demostrado producir un mejoramiento de la función y estructura cardíaca como también en la cantidad y calidad de vida .   

Los b-bloqueantes son indicados en todos los pacientes con IC estable y grado funcional II-III por disfunción sistólica del VI (20). Antiguamente no se recomendaba su uso en pacientes con grado funcional IV, pero diversos trabajos con estas drogas afirman que estos pacientes también son beneficiados con estos fármacos (21). 

Están contraindicados en: hipotensión, bradicardia severa, enfermedad del seno, bloqueo AV avanzado de grado II y III, asma, EPOC, shock cardiogénico, hipersensibilidad a la droga, enfermedad hepática severa . Se usan junto a diuréticos e IECA en el tratamiento crónico de la IC. Aunque los diversos beta-bloqueantes han demostrado ser efectivos en el tratamiento de la IC, sólo el carvedilol ha sido aprobado para el manejo de la ICC por la FDA. Los estudios con el carvedilol han demostrado una mejoría de la FE, reducción de la morbilidad por IC y los síntomas, mejoría en la calidad de vida y retraso de la progresión de la IC (1).

También el metoprolol y el bisoprolol pueden ser útiles a dosis bajas e ir subiendo lentamente (11-16).

El tratamiento con carvedilol puede iniciarse en régimen ambulatorio a dosis bajas (3,125 mg cada 12h de carvedilol durante dos semanas como mínimo), que se aumentan gradual y muy lentamente cada dos semanas hasta alcanzar la dosis máxima de 25-50 mg de carvedilol cada 12 h. No es excepcional que al principio empeore la sintomatología, debido al efecto depresor del betabloqueo. Precisa una monitorización de la TA, Frecuencia cardíaca y diuresis (1).      

Recordar que el efecto beneficioso podría no ser vista hasta luego de algunos meses y que los betabloqueantes reducen la progresión de la enfermedad aunque no logren controlar los síntomas.

 

Precauciones y reacciones adversas   

Aunque el carvedilol no ha demostrado tener efectos adversos sobre los lípidos, en pacientes con hiperlipidemia quienes están tratados con esta droga deben controlarse los perfiles lipídicos periódicamente.      

También deberían monitorearse los niveles de glucemia. Los pacientes con diabetes o enfermedad tiroidea deberían ser prevenidos del carvedilol u otros b bloqueantes quienes pueden enmascarar los signos y síntomas de hipoglucemia o hipertiroidismo incluyendo taquicardia. Además los b bloqueantes no selectivos como el carvedilol pueden potenciar la hipoglucemia inducida por insulina. El carvedilol debería ser usado con precaución en pacientes con enfermedad vascular periférica, porque los b bloqueante pueden precipitar o agravar los síntomas de insuficiencia arterial (1).

 

Esquema terapéutico para la utilización de b bloqueantes    

Generalmente la iniciación de un tratamiento con b bloqueantes genera cierta inquietud en el médico tradicional. Por eso aquellos que deseen implementarlo pueden seguir como guía general los siguientes pasos.

En primer lugar debería evitarse la administración de beta-bloqueantes en pacientes con asma bronquial o enfermedad pulmonar obstructiva crónica y con frecuencia cardíaca <60 por minuto o bloqueo aurículo-ventricular mayor de 1º grado. Los pacientes con insuficiencia cardíaca avanzada, grado IV, o descompensada, es conveniente estabilizarlo con el tratamiento habitual y luego proseguir con los b bloqueantes.

Los beta-bloqueantes deben comenzarse a dosis bajas y aumentarlos muy lentamente.

La dosis inicial puede ser : metoprolol 12,5 a 25 mg/día (14), carvedilol 3.12-6.25 mg 2 veces/día (17-22), bisoprolol 1.25 mg/día (16).La dosis debe doblarse cada semana o dos semanas de acuerdo a la respuesta del paciente hasta llegar a dosis óptimas. Se puede llegar hasta 200 mg/día de metoprolol, 50 mg dos veces/día de carvedilol y 10 mg/día de bisoprolol.

Algunos pacientes pueden no tolerar la medicación en etapas iniciales debido a hipotensión o insuficiencia cardíaca severa. Inicialmente es necesario el control del paciente luego de cada dosis. En los pacientes que presentan hipotensión o bradicardia sintomática al aumentar la dosis es necesario mantener la dosis anterior y disminuir gradualmente, primero la dosis de diuréticos y luego los IECA en los hipotensos, o los digitálicos en aquellos que les disminuye críticamente la frecuencia cardíaca, para poder intentar un nuevo aumento 2 semanas más tarde. Si empeorara la insuficiencia cardíaca, por el contrario, deberían incrementarse esas mismas drogas con la misma secuencia.   

Debe señalarse que aquellos pacientes que necesiten aumentar la dosis de diuréticos para controlar el empeoramiento de la insuficiencia cardíaca durante el período de titulación, igual parecen beneficiarse del uso de beta-bloqueantes a largo plazo (1).

 

Interacciones con otras drogas   

A causa de que el carvedilol tiene un metabolismo hepático puede interaccionar con muchas drogas. La rifampicina, que es un inductor de enzimas hepáticas, puede disminuir las concentraciones plasmáticas de carvedilol si se los administra conjuntamente.

Los inhibidores de enzimas hepáticas como la cimetidina, fluoxetina, paroxetina, propafenone pueden aumentar las concentraciones de carvedilol.

     Los pacientes que toman carvedilol pueden aumentar las concentraciones de digoxina si se los administra conjuntamente, por lo que es necesario una monitorización periódica del paciente (1).

 

Conclusión 

La insuficiencia cardíaca es un síndrome clínico que deteriora la calidad de vida de los pacientes. Su incidencia está en aumento y su pronóstico no es bueno. Como fue expuesto en el transcurso del texto, diversas drogas están disponibles para su tratamiento. Desde aquellas que ejercen su acción farmacológica rápidamente y mejoran las manifestaciones clínicas agudas, hasta aquellas que quizás no sean tan eficaces para los casos agudos pero que su uso a largo plazo han confirmado que mejora la morbimortalidad si se las combina racionalmente, y además prolongan la sobrevida.

Como vimos hay mucha evidencia convincente a favor del uso de los b bloqueantes en la I.C, pero lamentablemente sigue habiendo cierta resistencia a su uso en la práctica clínica, o quizás esto podría deberse a su reciente aparición en el arsenal terapéutico.

Pero lo más importante es saber que los beta bloqueantes dejaron de ser una contraindicación en la insuficiencia cardíaca. Esperemos que a medida que su uso vaya generalizándose, mejore también el pronóstico para estos pacientes.

 

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