Revista de Posgrado de la VIa Cátedra de Medicina - N° 117 – Julio 2002

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Quiero encontrar la manera en la que el maestro enseñe menos y el alumno aprenda mas

Johan Armos Comenius

 

LAS HABILIDADES Y DESTREZAS

Prof. Dr. Edgardo A. Marecos

 

Ser o no ser, hábiles, esa es la cuestión

Empezaremos por definir lo que entendemos por habilidad y luego podremos ir pensando y decidiendo si estamos de acuerdo o no con los porque.

Las habilidades son definidas como cada una de aquellas cosas que podemos ejecutar con gracias y destreza. En relación con nuestros propósitos consideraremos como habilidades a las que se corresponden exclusivamente con el dominio cognoscitivo y actitudinal, dejando reservado para las destrezas a todo aquello que se relacione con las capacidades del área psicomotriz.

Hecha esta aclaración, haremos unos comentarios generales de las habilidades que como médicos consideramos necesarias para poder afrontar los viejos y nuevos desafíos de la medicina. En primera instancia recordar que lo estrictamente disciplinario conserva intacta toda su vigencia, luego, que tenemos que tomar conciencia entre otras cosas que la información es la variable más efímera del proceso educacional y que existe un sesgo educativo casi con exclusividad hacia el pensamiento determinista en desmedro de otras formas de igual importancia, como el pensamiento probabilistico, el financiero, el comunicacional, el informático, el de ser capaces de priorizar los problemas, etc., en síntesis, de la visión contextualizada, sistémica, ecológica de la medicina y de la vida misma.

Estas y otras habilidades encuentran terreno apropiado en el trabajo grupal encarado con responsabilidad personal y social. Se debe asumir que solo por una cuestión operativa hemos realizado esta división entre habilidades, destrezas y sus diferentes tipos como también otras divisiones que haremos mas adelante.

Como podemos imaginar, es difícil encontrar alguien que no pretenda ser cada día más hábil de lo que es o se crea que es, lo que si no se nos aparece con tanta claridad, es que sepa como poder lograr este objetivo. Por eso para poder cumplir nuestros propósitos tendremos que presentizar algunos de elementos fundamentales relacionados con nuestras habilidades, lo cual nos servirá al mismo tiempo de iniciación y guía para poder incrementarlas.

En esta línea de pensamiento recordemos una vez mas que las habilidades clínicas son imprescindibles para estrechar el espacio entre la problemática de los pacientes y nuestra pericia médica.

La pericia puede ser definida como la conjunción de conocimientos, aptitudes y actitudes con nuestra experiencia. Esta ultima es el tributo que nos brindan los años de esfuerzo y responsabilidad que hemos puesto en el ejercicio de la profesión. Todo esto, cuya importancia nadie puede poner en tela de juicio, hoy ya no es suficiente, tenemos que desarrollar otras habilidades y formas de pensar fundamentalmente la de apreciación critica, prerrequisito para ser capaces tanto de seleccionar las mejores evidencias como de autodirigir y autoevaluar nuestro aprendizaje.

Es importante recordar que de las habilidades clínicas, el interrogatorio y examen físico nos brindan porcentualmente el mayor conocimiento acerca del diagnostico y que las pruebas y los procedimientos tienen bien ganado el nombre de estudios complementarios.

La información e integración armónica de las evidencias resultantes de nuestras habilidades clínicas, para los procesos de diagnostico, pronostico y tratamiento, razón de ser de las mismas, disponen hoy un conjunto de normas de evaluación.

Esta tarea, la de evaluación de las evidencias a adquirido un carácter científico que la distancia sobradamente de la tradicional, la cual esta basaba casi exclusivamente en la palabra del jefe al que se consideraba poco menos que un oráculo y se denomina apreciación critica de la evidencia, habilidad que aunque no tan nueva, es sí indispensable e importante.

Pero que entendemos concretamente por apreciación critica? Es la integración científico-metodologiíta de un conjunto de normas, cuya aplicación a las evidencias que han sido logradas a partir de cualquiera de los distintos procesos clínicos, incluida la información recopilada de los distintos medios, nos permitirá evaluar la importancia de las mismas y asignarles diferentes niveles, desde los más elementales como el que nos brinda nuestro viejo conocido el caso clínico o la pregunta al experto, a los de mayor valor y sofistificación como los que nos aportan los niveles mas altos de evidencia como los ensayos clínicos controlados o el metaanálisis.

¿Pero es necesario realmente disponer tiempo y esfuerzo en conocer y aplicar apreciación critica a nuestras evidencias? ¿No es suficiente con la palabra de tantos expertos que conocemos durante nuestra vida de estudiantes o profesionales?

Parte de la respuesta, surge ya de lo expresado previamente y si no quedo claro, debemos tener en mente que nos manejarnos en un marco de irreducible incertidumbre y que por lo tanto es absolutamente necesario identificar y valorar las mejores evidencias surgidas de nuestros procesos de diagnostico, pronostico y tratamiento, para poder brindar así a nuestros pacientes, una gestión medica de excelencia y ser profesionales relevantes capaces además de seguir siéndolo.

La ética y la gestión ética son centrales a la tarea medica, solo diremos que la ética de hacer el bien y no hacer el mal ya no es el único requisito que debemos cumplir para acceder a la excelencia, estamos exigidos, a ser eficaces, eficientes y efectivos. Este tema será tratado en forma especifica mas adelante, simplemente mencionaremos que una gestión medica, renovada y respetuosa de este orden de exigencias, debe ser considerada como una obligación a la hora de tomar decisiones, sean estas de carácter individual o social.

De lo que precede surge como imperativo dejar atrás la etapa de la evidencia acrítica y provista exclusivamente por otros, pese a todo debemos admitir, que aceptar sin valorar lo que se recibe, sigue aun siendo la forma mas frecuente que alumnos y profesionales utilizan para desarrollar sus actividades. Somos ancestralmente resistentes a los cambios, casi como una maldición de Parmenides para las generaciones futuras, aun cuando en apariencia son muchos los que los impulsan.

La resistencia a cambiar es un escollo muy difícil pero que no imposible de superar, para los alumnos existe una excusa, la que las evaluaciones durante el grado y para el ingreso a las residencias se basan exclusivamente en la aplicación de la memoria como finalidad y el éxito o el fracaso dependen exclusivamente de ella. Aun cuando no lo expresen de esa manera lo perciben con total claridad.

Como profesional, esta no es una estrategia aceptable, tenemos la necesidad y la obligación de cumplir con el postulado que la Medicina es un Estudio para toda la Vida. Esta premisa podrá ser posible mientras seamos hábiles para auto dirigir y auto evaluar nuestro aprendizaje y desempeño.

Como movimiento preparatorio para poder cumplir con las nuevas exigencias, desde décadas atrás se fueron aproximando y entremezclando las bases y principios cientificos de la epidemiología clásica con los de la clínica tradicional, dando como resultado la epidemiología clínica, una nueva ciencia básica de aplicación practica y de vital importancia para comprender y desarrollar la nueva lógica y filosofía de la medicina, que adquiere de esa manera un alto contenido critico y utilidad practica.

Para terminar tenemos que recordar que como ocurren con tantas otras formas de reduccionismo, el que hacemos de nuestras habilidades, solo tiene razón a la hora de tratar de entender mejor lo que se trata.

 

 

BIBLIOGRAFIA