Las verdaderas úlceras
por stress son primariamente lesiones fúndicas gástricas
superficiales que ocurren en cuadros clínicos de shock severo, politraumatismos,
grandes quemados, sepsis, especialmente peritonitis, insuficiencia respiratoria
grave que requiere asistencia respiratoria mecánica. Corresponden
al 10 % de las gastritis(1) y se presentan con más frecuencia en
la unidad de cuidados intensivos. Son claramente diferenciadas de las reagudizaciones
de una úlcera crónica preexistente y de las gastritis inducidas
por drogas, ya que tienen mecanismos patogénicos completamente diferentes
(2).
Las úlceras
agudas que se producen en los grandes quemados en la mucosa duodenal se
llaman úlceras de Curling.
Pacientes que presentan
injuria cerebral severa generalmente presentan un tipo especial de úlceras
llamadas úlceras de Cushing. Se han hecho estudios en pacientes
con shock severo o lesión cerebral grave durante las primeras 24
horas con FEDA (fibroendoscopía digestiva alta) y se observó
que el 91% presentaba gastritis aguda. De éstos, el 77% presentó
lesiones gástricas en fundus y cuerpo gástrico, el 30% en
esófago, el 25% en antro y el 7% en duodeno (3). Tienen la característica
de ser lesiones erosivas mas o menos difusas o una única úlcera
aguda de mayor tamaño (4).
Las úlceras
agudas por stress como causa de HDA ( hemorragia digestiva alta) representan
el 7%, de las cuales 4,9% fueron por hemorragias erosivas por stress y
el 2,1% fueron por úlceras por stress(5).
Se entiende por erosión
a la pérdida localizada de sustancia, de escasa profundidad, que
no compromete la muscularis mucosae, ya que cuando ésta se halla
comprometida se habla de úlcera.
Las erosiones son lesiones
por lo general múltiples, de aparición aguda, superficiales
y de diámetro inferior a los 5 mm.
Las úlceras
agudas suelen tener un tamaño y una profundidad mayores que las
erosiones. En general se extienden hasta la muscularis mucosae y en su
fondo puede observarse algo de tejido de granulación con escasa
reacción fibroblástica. Su tamaño puede ser tan grande
como el de las úlceras crónicas o incluso superior.
Las úlceras
crónicas se distinguen de las agudas por la existencia de una importante
reacción fibrosa en su base y por su progresión hasta la
submucosa (4).
Esquema de las diferencias entre
erosión, úlcera aguda y úlcera crónica
Las cirugías
son una de las causas más comunes de hemorragias agudas por stress.
Suelen ocurrir dentro de los 5 días del post-operatorio, apareciendo
en el 70,5% de los casos en las primeras 72 horas. Las lesiones son pequeñas,
numerosas y de localización difusa (5).
La etiología
de las verdaderas úlceras por stress está relacionada
a la isquemia y a la acidosis tisular, aunque la pepsina y el ácido
luminal son requisitos para que ocurra la úlcera. Una de las principales
manifestaciones clínicas de la úlcera por stress es la hemorragia
(2).
En la patogenia
de esta patología se cree que está comprometido uno de los
principales mecanismos de defensa de la mucosa gástrica contra la
ulceración aguda que es el flujo sanguíneo mucoso.
1. "Agentes que disminuyen o neutralizan
la secreción ácida"
Antiácidos (9): son fármacos
que reaccionan con el ácido clorhídrico formando sal y agua,
lo que determina una reducción de la acidez del contenido gástrico,
además inactivan la pepsina, quelan las sales biliares y tiene efectos
citoprotectores. Los más utilizados son la combinación del
hidróxido de aluminio e hidróxido de magnesio (Milanta),
que reaccionan con el ácido clorhídrico formando cloruro
de aluminio y magnesio. Estos son poco absorbibles, lo cual impide efectos
indeseables. Además el efecto astringente del aluminio es contrarrestado
por el efecto catártico del magnesio lo que permite que no se produzcan
cambios significativos en el ritmo deposicional.
Debe tenerse en cuenta
que pueden interferir en la absorción de otros fármacos,
tales como ciertos antibióticos, la digoxina, la warfarina y algunos
anticomiciales.
La dosis más
común y efectiva es de 30 ml administrados 1 a 3 horas después
de las comidas.
En pacientes críticos
es recomendable administrar múltiples dosis diarias. La administración
de antiácidos apuntada a mantener el Ph gástrico entre 3,5
y 7 resultó en una disminución significativa de la úlcera
asociada al stress (10).
Los antiácidos
son útiles en la cicatrización de las úlceras y su
eficacia puede llegar a ser semejante a la de los antisecretores si se
administran en dosis altas. Sin embargo la incomodidad de su dosificación
hace que no se utilicen de forma sistemática con el propósito
de cicatrizar la úlcera y se los reserva como fármacos útiles
para el alivio circunstancial de los síntomas ulcerosos o dispépticos.
Generalmente estos
fármacos son asociados a los anti H2 como la cimetidina e inclusive
algunos estudios han demostrado que superan a éstos en la prevención
de las lesiones agudas por stress (10 - 11).
Antagonistas de los receptores H2 de
histamina (9): son fármacos que inhiben la secreción
ácida. Son modificaciones de la molécula de histamina que
actúan en forma competitiva con ésta en los receptores H2
de las células apriétales. La inhibición de estos
fármacos se produce tanto sobre la secreción ácida
basal como sobre la estimulada por diferentes secretagogos.
Los anti H2 disponibles
para uso clínico son la cimetidina, la ranitidina, famotidina y
la nizatina, otros aún no comercializados son ebrotidina y la roxatidina.
Estos fármacos
son bien absorbidos después de administrarlos por vía oral.
Los niveles plasmáticos a la hora y 3,5 horas luego de su administración
son distribuidos ampliamente en todos los tejidos. Cruzan la barrera hematoencefálica,
la placenta y se secretan por leche. Son metabolizadas en hígado
y excretadas por riñón.
Se obtiene una cicatrización
de 75% a 85% de las úlceras duodenales a las 4 semanas de tratamiento
y el 85% a 95% en 8 semanas, alrededor del 50% a 65% en úlceras
gástricas a las 4 semanas y el 80% a 90% en 8 a 12 semanas.
Tienen un alto perfil
de seguridad, con reacciones adversas escasas. Entre éstas tenemos
la hipoacidéz, que favorece la colonización bacteriana y
la aparición de neumonías nosocomiales (12).
Estudios primitivos
sobre la cimetidina en animales y humanos demostró la habilidad
de incrementar la diferencia del potencial transmucosos gástrico,
indicando una intensificación de la integridad de la barrera mucosa
gástrica. También protege al estómago de la lesión
mucosa inducida por la aspirina, incrementa la producción de moco
gástrico y contenido glicoproteico del moco, lo cual contribuye
a la acción protectora del moco. Incrementa la secreción
mucosa de bicarbonato, incrementa la circulación sanguínea
de la mucosa gástrica, los cuales previenen la hipoxia mucosa.Esto
se ve en pacientes en shock o críticamente enfermos. Se ve también
incremento en la síntesis endógena de prostaglandinas en
la mucosa, e incrementos en la frecuencia de renovación de células
epiteliales, un factor importante en la curación de la mucosa.
Desde la cimetidina,
como supresora de la secreción ácida e incrementadora de
la defensa mucosa, este es un importante instrumento terapéutico
en el manejo de desórdenes relacionados al stress (13).
Pero son numerosos
los reportes que informaron sobre los efectos adverso de la cimetidina.
A nivel del SNC puede producir confusión, desorientación
temporoespacial, agitación,convulsión. A nivel endócrino
puede producir ginecomastia, galactorrea, impotencia sexual y posibilidad
de disminución de la espermatogénesis. Además se ha
comprobado interacción con más de 25 tipos de drogas, por
actuar sobre el citoctomo P450, inhibiendo de esta forma el sistema microsomal
hepático. La mayoría de estos efectos adversos no son observados
con el uso de ranitidina. De alli que esta droga puede ser usada con mayor
seguridad que la cimetidina.
La famotidina es una
nueva droga dentro de este grupo de fármacos, recientemente fue
lanzada al mercado. La droga es aproximadamente 10-15 veces más
potente que la ranitidina y 40-60 veces más potente que la cimetidina
para inhibir la secreción gástrica. La eficacia y perfil
de seguridad parece ser similar al de la ranitidina (14).
Inhibidores de la bomba de protones
(9)
Son benzoimidazoles
sustituidos que bloquean a la ATPasa H+/K+, lo cual provoca una notable
inhibición de la secreción ácida.
Los fármacos
de éste grupo son el omeprazol, lanzoprazol, pantoprazol. La inhibición
que inducen es irreversible y la secreción ácida solo puede
producirse a partir de una nueva síntesis enzimática que
requiere un período superior a las 24 horas.
Atraviesan la placenta
y la barrera hematoencefálica mínimamente. Son eliminados
por vía renal.
Se obtienen tazas de
cicatrización de la úlcera duodenal, 50 % a 80 % en 2 semanas
de tratamiento y 80 % a 100 % en 4 semanas, con 20 a 40 mg de omeprazol,
30 a 60 mg de lanzoprazol, 40 a 80 mg de pantoprazol; y en úlceras
gástricas, 70 % a 80 % en 4 semanas y 90 % a 95 % en 8 semanas.
El efecto indeseable
es la hipergastrinemia, en tratamientos prolongados, como consecuencia
de la anacidéz mantenida, aunque estudios de farmacovigilancia a
largo plazo han demostrado que la hipergastrinemia y la hiperplasia de
células enterocromafines nunca puede llegar a ser clínicamente
relevante.
Otro inconveniente
es el efecto inhibidor sobre citocromo P450, lo cual puede interferir en
la biodisponibilidad de otros fármacos.
En la prevención
de las lesiones gástricas agudas por stress, el sucralfato podría
ser indicado como un citoprotector parcial y el omeprazol o lanzoprazol
como antisecretante en la prevención de estas lesiones (15).
Anticolinérgicos-antimuscarínicos
Los anticolinérgicos
clásicos tienen una acción poco potente y presentan mayores
efectos adversos, aunque la pirenzepina posee acción antisecretora
con escasos efectos adversos y su eficacia es inferior a los que se obtienen
con los antagonistas H2.
La pirenzepina es un
antagonista selectivos de los receptores muscarínicos M1, que se
encuentran en las células apriétales gástricas, lo
que le confiere propiedades antisecretoras ácidas y de pepsina.
Su efecto sobre los receptores muscarínicos M2 parece de menor importancia.
Las propiedades citoprotectoras significativas de la pirenzepina han sido
observadas en una variedad de ulceraciones pépticas experimentalmente
inducidas. Su actividad protectora puede ser debido al aumento del flujo
sanguíneo de la mucosa gástrica, aumento en la diferencia
de potencial eléctrico gástrico transmural.
Gracias a sus propiedades,
su utilidad clínica está demostrada en el síndrome
de Zollinger Ellison, úlceras por stress, sangrado gastrointestinal
agudo. En la mayoría de los estudios se encontró buena tolerancia,
con escasos efectos adversos, los cuales ocurrieron a nivel cardíaco,
urinario, salival y ocular. El uso clínico de pirenzepina solo o
asociado a bloqueantes H2 es recomendado en pacientes con úlcera
péptica, úlceras agudas por stress, HDA y aquellos sin respuesta
a los antagonistas H2 (16).
2. "Agentes con propiedades protectoras
de la mucosa gástrica"
Sucralfato
Protector de la mucosa
gástrica debido a la capacidad de unirse a las proteinas y formar
una capa en el fondo del cráter ulceroso, a su capacidad para unirse
a la pepsina y a su efecto estimulante sobre la síntesis de moco,
bicarbonato y prostaglandinas. El sucralfato administrado en dosis de 1
gr / 4 veces al día o 2 gr cada 12 horas, es similar a los anti
H2 en la cicatrización de la úlcera duodenal en 4 semanas.
En cambio, en la úlcera gástrica el efecto es algo inferior
a los que producen los anti H2 (9).
Comparados con los
antagonistas H2 se demostró que necesitan menos requerimientos de
cuidados para la profilaxis de la úlcera por stress y que podrían
ahorrarse aproximadamente $30.000 por cada cama de UTI por año si
se usara sucralfato y no anti H2 (12).
Bismuto coloidal
Estas sales se transforman
en la cavidad en complejos insolubles formando una capa protectora.
Además inactivan
a la pepsina, estimulan la síntesis de moco, bicarbonato y prostaglandinas
y posee efecto bactericida sobre el Helicobacter pílory.
Administrados en dosis
de 240 mg / 2 veces al día cicatriza tanto las úlceras duodenales
como las gástricas.
Los efectos indeseables
más frecuentes son diarrea, estreñimiento y un color negruzco
de la mucosa oral y de las heces (9).
Fármacos con propiedades antisecretoras
y protectoras: acexamato de zinc
Inhibe la degranulación
de mastocitos, estimula la síntesis de moco y prostaglandinas. En
dosis de 900 mg por día tiene una efectividad similar a los anti
H2. Es útil para prevenir las lesiones inducidas por AINES (9).
Prostaglandinas
Dentro de éstas
tenemos al misoprostol, arbaprostilo, emprostilo, rioprostilo.
Su utilidad es inferior
en la cicatrización de la úlcera péptica. En dosis
altas presentan mayores efectos adversos.
Por su acción
sobre la contractilidad uterina están contraindicados en mujeres
gestantes (9).
Algunos estudios demostraron
que el misoprostol es igualmente efectivo que los antiácidos en
la prevención de la úlcera por stress y sangrado en pacientes
quirúrgicos que hacen a su post-operatorio en UTI (17).
Esquema terapéutico
Los antiácidos
administrados cada 1 o 2 horas mantienen un Ph por encima de 3,5 con lo
cual se inactiva la acción de la pepsina. Los anti H2 y los inhibidores
de la bomba de protones ofrecen mayor comodidad en su administración
y a diferencia de los antiácidos, permite la visión endoscópica
sin perturbaciones de la mucosa gástrica.
En este aspecto el
sucralfato ha demostrado producir menos porcentaje de neumonía nosocomial
(12).
Una alternativa a estos
fármacos lo constituyen el misoprostol, la pirenzepina y otros,
los cuales se utilizan en los casos resistentes al tratamiento habitual,
evaluando siempre sus ventajas y desventajas (4).
Conclusión
En la actualidad ya
no se contempla el tratamiento como una acción terapéutica
meramente encaminada a cicatrizar el nicho ulceroso, sino lo que se intenta
es hacer profilaxis de estas lesiones en todos aquellos pacientes que estén
expuestos a sufrir este tipo de patologías, que como lo hemos mencionado
anteriormente son aquellos pacientes críticos, en shock, internados
en UTI y que están sometidos a situaciones de stress.
De allí que
en esta patología como en muchas otra lo más importante es
la prevención.
BIBLIOGRAFIA