Revista de Posgrado de la VIa Cátedra de Medicina - N° 124 – Febrero 2003

Pág. 14-17

 

DESNUTRICION OCULTA: Una nueva forma de desnutrición.

Dr. Pablo Andrés Ferreyra, Dra Nancy Raquel Vallejos

 

INTRODUCCION

    La creciente incorporación de alimentos ricos en grasas o en azúcar en la dieta habitual hace que se cubran las necesidades de energía y de proteínas, pero no así las de vitaminas y minerales.(1)

    Ciertos hábitos de alimentación determinan un mayor riesgo en la aparición de carencias específicas de vitaminas y minerales.

De acuerdo a recientes publicaciones, llama la atención un problema nutricional que es más frecuente en comunidades de mayor nivel socioeconómico: la tendencia de la gente joven hacia la comida “chatarra”. Sumada a la dieta habitual aumentan el riesgo de obesidad y si reemplazan a los alimentos pueden provocar o agravar la deficiencia de micronutrientes.(2)

    El consumo de gaseosas, jugos artificiales, bebidas no carbonatadas muy ricas en azúcar, como así también golosinas y snacks elaborados con dulces o cobertura, las comidas rápidas (fast food) ricas en grasa en su elaboración o en su cocción, los productos de copetín, conforman parte de la dieta habitual de los niños a edades cada vez más tempranas.(3)

    La ingesta de frutas está por debajo de los niveles recomendados. A pesar de que el consumo de frutas y vegetales frescos ha aumentado en distintas regiones del país en 1,3% (con variaciones del 1,75 al 2,3%), aún representa un porcentaje bajo de las calorías totales disponibles en la dieta.(4)

    Por otro lado, el consumo decreciente de leche puede llegar a ser un problema. Se demostró que los niños hoy en día consumen un 16% menos de leche que los niños de la década del 70. La leche es una fuente crucial de calcio, como así también de numerosas vitaminas como la vitamina D y la riboflavina. De hecho, la leche fortificada con vitamina D, es la principal fuente de esta vitamina en los Estados Unidos.(5)

    El término "micronutrientes" se refiere a las vitaminas y los minerales que son indispensables para el ser humano, que se necesitan en cantidades mínimas para los diferentes procesos bioquímicos y metabólicos del organismo. El cuerpo humano no puede sintetizar las vitaminas ni los minerales y, por tanto, se deben obtener de los alimentos y en circunstancias especiales mediante la suplementación de compuestos sintéticos. Estos nutrientes son parte esencial de enzimas y proteínas que son vitales para el crecimiento físico y el desarrollo cognoscitivo, el mantenimiento fisiológico y la resistencia a la infección. Como los requerimientos diarios de vitaminas y minerales son relativamente pequeños (microgramos o miligramos), se les denomina "micronutrientes."

    La OMS y la UNICEF han definido al conjunto de carencias específicas de micronutrientes, que se caracterizan por ser altamente prevalentes, como desnutrición o hambre oculta. Estas carencias poseen un impacto sobre la salud y requieren de cierta instrumentación para su diagnóstico.

    La más importantes y reconocidas son las deficiencias de hierro, de yodo y de vitamina A. Aunque podrían considerarse también a otros micronutrientes importantes para el desarrollo infantil, como por ejemplo el zinc, algunas vitaminas del complejo B, tal como la riboflavina y el ácido fólico, y probablemente los ácidos grasos esenciales. La desnutrición oculta constituye la alteración nutricional más frecuente en Argentina, como así también en el resto de América Latina.(6)

 

DESNUTRICION OCULTA Vs. DESNUTRICION AGUDA

    En nuestro país el perfil de la desnutrición se ha modificado. La desnutrición aguda (emaciación) ha disminuido y se concentra en “pozos” de marginalidad y pobreza, mientras que la desnutrición oculta, cuyos ejemplos más claros los constituyen las deficiencias de hierro y de vitamina A, afecta a una proporción de la población infantil, que es por su condición biológica y por sus necesidades nutricionales, el grupo más vulnerable.(7)

    Mientras que la desnutrición aguda afecta a algunos pocos, la desnutrición oculta compromete el potencial de crecimiento y desarrollo de millones de niños en todo el mundo.(8)

    A diferencia de la desnutrición aguda o emaciación, que aparece como consecuencia de severos problemas sociales en las zonas más pobres de nuestro país, o del retraso crónico de crecimiento que afecta principalmente a los niños provenientes de sectores sociales más desprotegidos, la desnutrición oculta afecta a toda la trama social, sin distinción de clases sociales ni regiones geográficas.

    En los niveles de sociedad de mayor poder adquisitivo no suelen producirse deficiencias vitamínicas graves. Sin embargo, el consumo de las vitaminas B1, B2, B6 y C, en particular, tiende a ser marginalmente insuficiente en los países industrializados, debido a hábitos alimentarios poco saludables y a la alta elaboración de los productos.(9)

    En razón de que los micronutrientes participan en prácticamente todos los procesos enzimáticos y de reacciones químicas a nivel celular, su carencia determina que los signos clínicos sean sutiles e insidiosos. En general su diagnóstico suele ser tardío, cuando existen síntomas que motivan su exploración.

    Los síndromes de deficiencia nutricional que comprometen vitaminas y micronutrientes evolucionan a través de tres estadíos: debido a que la mayoría de los micronutrientes se almacenan en los tejidos, por tanto, una reducción temporal en la ingesta se compensa mediante una disminución de los depósitos corporales. El segundo estadío comprende alteraciones metabólicas sin síntomas, mientras que la depleción grave producirá el estadío final con signos y síntomas clínicos.(10)

 

EPIDEMIOLOGIA

    Los grupos más susceptibles de sufrir deficiencias de micronutrientes son los niños pequeños, las mujeres de edad fértil y las personas de la tercera edad. De acuerdo a estimaciones de la OMS entre 70 y 80 millones de mujeres y niños sufren de deficiencias de vitamina A. Cada año casi medio millón de estos niños sufre ceguera y dos tercio de ellos mueren después. La deficiencia de hierro afecta a dos mil millones de personas.(11)

    Esto puede derivar en problemas de atención y de aprendizaje, irritabilidad, apatía, síntomas que muchas veces se asocian a cuestiones psíquicas o emocionales y no a motivos físicos concretos. Por eso, aunque es reversible si se detecta a tiempo, en algunos casos esta forma silenciosa de desnutrición puede dejar algunas secuelas.(12)

    Aún no se ha establecido la incidencia mundial de deficiencias de vitaminas del complejo B, vitaminas C, D, E y de otros minerales, pero las deficiencias marginales pueden ser bastantes extendidas en las poblaciones que no consumen carne, leche o productos lácteos.(11)

    Estudios epidemiológicos muestran que existen deficiencias nutricionales de micronutrientes en mujeres de edad fértil, de todos los grupos socioeconómicos y de nivel educacional, lo que representa un problema de salud pública.

    Algunas deficiencias, mas el incremento de los requerimientos, no satisfechos durante la gestación, se asocian con una mayor morbi-mortalidad materna y perinatal, con impacto en el desarrollo ulterior del niño y potenciales consecuencias intergeneracionales.(13)

 

NUTRICION E INMUNIDAD:

    La nutrición es pues un determinante de la respuesta inmune y la malnutrición es la causa más común de inmunodeficiencia en el mundo. La desnutrición calórico-proteica esta asociada con una alteración significativa de la inmunidad mediada por células, la función fagocitaria, el sistema de complemento, las concentraciones de Ig A secretoria y la producción de citoquinas. La deficiencia de nutrientes únicos o aislados, a diferencia de la desnutrición calórico-proteica, también resulta en una alteración de la respuesta inmunitaria, esto se observa aún cuando la deficiencia es leve. Posee una importante influencia sobre la respuesta inmune el zinc, selenio, hierro, cobre, vitaminas A, C, E, B6 y ácido fólico.(14)

    Las necesidades de micronutrientes, especialmente aquellos relacionados con la función inmunológica son mayores en la infancia, especialmente en los primeros años de vida al ser más frecuente la exposición a procesos infecciosos. Las infecciones aumentan las necesidades nutricionales como todo proceso catabólico, pero además, aún las enfermedades banales determinan una disminución de la ingesta habitual que contribuye a la aparición de desnutrición. El cuidado alimentario en el período de convalecencia es importante para lograr una adecuada recuperación nutricional.(15)

 

CIRCULO DESNUTRICION-INFECCION

    Las infecciones, aún leves, poseen efectos adversos sobre el estado nutricional. La importancia de estos efectos depende del estado nutricional previo, de la naturaleza y de la duración de la infección, y de la dieta durante el periodo de recuperación. Por otro lado, casi toda deficiencia de un nutriente, si es suficientemente severa, alterará la resistencia a la infección.

    Las infecciones intercurrentes llevan a la disminución en la ingesta alimentaria. Esto es un factor que precipitará deficiencias clínicas evidentes de cualquier nutriente que ya se halla en una situación marginal.

    Cuando se presenta diarrea, fiebre o cualquier otro tipo de infección es una práctica frecuente restringir la dieta, que se suma a la inapetencia.

    Las infecciones asociadas a la malabsorción son muchas: bacterianas, virales o parasitarias. Puede ocurrir una malabsorción de vitamina A en enfermedades febriles sistémicas. Según un trabajo publicado, niños con diarrea aguda e infección respiratoria absorbían del 30 al 70% de la vitamina A ingerida. Se ha observado una caída significativa en las concentraciones de esta vitamina en niños con infección respiratoria aguda, en gastroenteritis y en sarampión, volviendo a lo normal con la recuperación.(16)

    La desnutrición en los niños se asocia generalmente con deficiencias de vitaminas y minerales específicos. Se ha reconocido en los últimos años las consecuencias de las deficiencias de los micronutrientes que van desde una alteración en la inmunidad y aumento del riesgo de enfermedades infecciosas, hasta la muerte. Así la OMS, UNICEF y otras agencias internacionales han preconizado la incorporación de micronutrientes como una forma de romper el círculo desnutrición-infección.(17)

 

FACTORES MEDIOAMBIENTALES

    Las condiciones ambientales pueden ser también causa de carencias específicas. Cada vez resulta más evidente que los factores medioambientales tienen repercusiones significativas en la salud y que algunos individuos presentan una sensibilidad aguda o crónica a contaminantes ambientales. Dado que muchas vías enzimáticas dependen de vitaminas, un estado vitamínico adecuado puede contribuir a mejorar la eficacia del metabolismo xenobiótico y la capacidad autoprotectora del organismo frente a los efectos de los nocivos contaminantes.(18)

    Se ha demostrado que la exposición pasiva al humo del tabaco reduce las concentraciones plasmáticas de vitamina C.(19)

Las deficiencias de yodo o selenio ocurren en regiones que carecen de estos minerales, afectando a toda la población. La carencia de hierro es mayor en regiones donde la dieta es escasa en productos de origen animal.

    En Medio Oriente y en la Región Andina de América del Sur, se ha informado la deficiencia de zinc. La pelagra y el beriberi se encuentran esporádicamente en campamentos de refugiados y comunidades que sufren malnutrición severa.

    Las condiciones climáticas, las catástrofes, las malas condiciones higiénicas de los alimentos, la preparación inadecuada, la cocción y el almacenamiento, pueden reducir el aporte nutricional de los alimentos.(20)

 

PREVENCION DE LA DESNUTRICION OCULTA

    Las ventajas de la prevención de la desnutrición oculta radica en una mejor calidad de vida de los niños y de su futuro como adultos. Esta prevención debe ser considerada ya que el diagnóstico de las carencias específicas es por lo habitual tardío y, por otro lado, de alto costo.

    Se proponen las siguientes estrategias para prevenir la desnutrición oculta:

v La promoción de una dieta variada y completa con alimentos ricos en todos los micronutrientes.

v Contar con alimentos adecuadamente fortificados con las vitaminas y minerales carenciales.

v La suplementación con polivitamínicos y minerales. (21)

    La recomendación más fuerte de la OMS es una dieta que incluya los cinco grupos de alimentos: lácteos y sus derivados (que aportan calcio y vitaminas A y D); carnes, legumbres y huevo (que aportan proteínas y algunas vitaminas); harinas y cereales (energía y algunas vitaminas); frutas y hortalizas (vitaminas y fibra) y, en menor medida, grasas, aceite y azúcar (aportan, básicamente, energía).(12)

    Los suplementos nutricionales, en ciertas fases de la vida, son la mejor y más económica de las soluciones para eliminar riesgos en la población en general.

    Se debería educar a la población sobre los alimentos que contienen los micronutrientes más importantes o mejor dicho, que vitaminas y minerales nos proveen los alimentos. Debido a la dificultad para modificar los hábitos nutricionales de la población, la mejor opción para proporcionarlos de manera completa es mediante la fortificación de los alimentos industriales o mediante la suplementación multivitaminica.

    Es importante destacar la situación nutricional materna, previa y posterior a la concepción. Las mujeres deberían considerar el preparar a su cuerpo para la concepción, mediante la reducción saludable del peso corporal y mediante la ingesta de ácido fólico y de otras vitaminas, para cuando se presente el momento del embarazo. La mujer debe continuar con la suplementación multivitamínica durante toda la gestación y extenderla durante el período de lactancia. Así, la maternidad segura tiene como objetivo la salud del feto en desarrollo, pero para lograrlo, es necesario comenzar con una generación anterior, es decir con la salud de la madre.

    Un estudio científico denominado Camden demostró que el uso de multivitamínicos y otros nutrientes producen una disminución importante del riesgo de partos prematuros y de recién nacidos con bajo peso.(13)

 

BIBLIOGRAFIA

1. Carmuega E, O’ Donnell AM. Calidad de la dieta infantil en la salud de los niños hoy y mañana. Publicación CESNI, Editorial Gaudian (Bs.As.) Mayo 1999;18:11-13.

2. Bowley A. Micronutrients Deficiences. Nutriview Agosto1994: 20-24.

3. Piazza N, Conera R, Diaz Quiroga S, Laguna S. Alimentación en menores de dos años, hábitos y cobertura de requerimientos. Actas Congreso de nutrición. Argentina 1997:37-41.

4. Britos S, Scacchia S. Disponibilidad de consumo de alimentos en Argentina. Cátedra de Política alimentaria. Escuela de Nutrición (UBA). Imprenta de la UBA Oct. 1998:1-20.

5. O’Donnell AM. Desnutrición a expensas de micronutrientes. Vitamin Nutrition Research Newsletter Sept. 1996: 36-38.

6. Delgado H, Mejía L. Taller transición nutricional en América Latina. Actas del Congreso Latinoamericano de Nutrición; Octubre 2001, Caracas (Venezuela):16-19.

7. O’ Donnell AM, Carmuega E. Transición nutricional en Argentina. Boletín CESNI, Edit. Gaudian (Bs. As.) Abril 1998;10:3-10.

8. Scrimshaw N. The consequences of hidden hunger for individuals and societies. Food Nutr Bull 1994; 15:3-24.

9. Van der Beek EJ. Combinations of low Thamin, Riboflavin, vitamin B6 and vitamin C intake among Dutch adults. J Am Coll Nutr 1994; 13,383-391.

10.Detsky AS, Smalley PS, Chang J. ¿Se halla este paciente desnutrido?. JAMA 1994;3: 279-284.

11.Blum M. Micronutrients and Health. Nutriview Julio 1997: 1-2.

12.Ninci M. Advierten sobre los peligros de la desnutrición oculta. Clarín Digital 9 Oct 2000: 38.

13.Gross R, Allen L. Panel de expertos de Latinoamérica sobre Suplementación Multivitamínica y Embarazo, Mayo 16-18, 2001. Cancún (QR), México. División Roche Consumer Health. Productos Roche S.A.Q. e L.

14.Chandra R. Nutrition and Inmune System: An introduction. Am J Clin Nutr 1997; 66:460S-3S.

15.Caballero B, O`Donnel AM, Torún S, Lara Patín P, Bengoa J. Requerimientos nutricionales del niño enfermo en la alimentación del niño menor de seis años en América Latina. Bases para el desarrollo de guías de alimentación. Serie Paltex Washington 1997: 1-10.

16.Scrimshaw N, San G. Sinergism of Nutrition, Infection and Inmunity: an Overview. J Am J Clin Nutr 1997; 66: 464S-77.

17.Black R. Proceedings of a Symposium held in Baltimore, Maryland. The American Journal of Clinical Nutrition. Supplement: Zinc for child Health. Nov 1996: 17-19.

18.Scrimshaw N. Evidence for vitamin deficiencies in environmentally-sensitive patients. Ross 1990: 60-66.

19.Treble DL. Reduced plasma ascorbic acid concentrations in nonsmokers regularly exposed to environmental tobacco smoke. Am J Clin Nutr 1993; 58: 886-890.

20.De Andrea I, Castillo M, Walter T. "Desarrollo psicomotor y conducta en lactantes anémicos por deficiencia de hierro". En: O’Donnell AM, Viteri FE Carnuega ES (eds). Deficiencia de hierro: desnutrición oculta en América Latina. Publicación CESNI, Editorial Gaudian (Bs.As) 1997;18:14-19.

21.Underwood B. Micronutrient Malnutrition: Is it being eliminated?. Abstracts of The 16th International Congress of Nutrition. Montreal 1997; Abst16.