INSUFICIENCIA
RENAL AGUDA EN LA EMBARAZADA
Prof. Dr. Juan R. Issler
GENERALIDADES
Hacia
la década del ´60, la insuficiencia renal aguda (IRA) en la
embarazada, se estimaba en 1:2.000 a 1:5.000 gestaciones. Actualmente el
número de casos por causas obstétricas, ha disminuido en
forma importante, llegando en estos días a 1:10.000 embarazos, quizás
por la liberalización de las leyes del aborto y la mejora de los
controles prenatales en los países desarrollados. En los países
más pobres, esta patología representa todavía un 25%
de las derivaciones a los centros de diálisis y sigue siendo una
causa importante de muerte materna y fetal.
DEFINICION
Y ETIOLOGIA
La IRA
es un síndrome grave caracterizado por reducción súbita
de la función renal, con azoemia rápidamente progresiva y
frecuente oliguria (un 20% de los casos es no oligúrica). En general,
se acepta conceptualmente, un incremento diario de 0,5 mg % de creatinina
de 10 mg % de urea en plasma, y un volumen urinario inferior a los 400
ml /24 horas (menor de 20 ml /hora) , como característicos del cuadro.
Las causas
pueden ser: prerrenales (hipoperfusión renal), renales parenquimatosas
o posrenales (obstructivas). Incluyen: la isquemia renal (más frecuente);
las nefrotoxinas; la uropatía obstructiva; enfermedades renales
intrínsecas (nefritis aguda); coagulopatías.
DIAGNOSTICO
El cuadro
incluye enfermedades específicamente tratables y rápidamente
reversibles, a las que deberá diferenciarse de la necrosis tubular
agua (NTA), la más grave pero menos frecuente. El diagnóstico
a partir de la clínica, del interrogatorio, del examen físico,
no siempre es fácil, ya que son enfermedades que tienen un síndrome
en común: "deterioro de la función renal". Los exámenes
de orina (químicos, osmolaridad, microscópicos), serán
útiles.
Un sedimento
urinario con pocos elementos formes, o sólo cilindros hialinos,
sugerirá una IRA prerrenal o una uropatía obstructva. La
presencia de cilindros amarronados con aumento de células tubulares,
evidencian una NTA. La presencia de eritrocitos y cilindros, hacen pensar
en una glomérulonefritis o en una enfermedad inflamatoria vascular.
Los cúmulos de leucocitos polimorfonucleares, tipifican una pielonefritis
aguda. La NTA puede presentar mínimos hallazgos urinarios y, habitualmente,
hay anuria.
La osmolaridad
urinaria tiende a aumentar en la IRA prerrenal. La isostenuria sigue a
la NTA. La relación de osmolaridad de orina /plasma (O / P) es índice
sensible, y sus valores < a 1,1 son bastante característicos
de NTA.
En la
insuficiencia prerrenal el Na se reabsorbe ávidamente, y su concentración
es < 1mEq /litro. Esta capacidad reabsortiva del Na, se reduce en la
NTA, siendo habitualmente su concentración urinaria de por lo menos
25 mEq /litro en las formas oligúricas, pero este índice
puede no ser representativo en la diferenciación de las causas no
oligúricas de la IRA. En estos casos, puede ser útil calcular
la excreción fraccional del Na [(O/P)Na/(O /P)creatin.] o su índice
[ONa/(O/P) creatinina]. En la insuficiencia prerrenal, estos valores rara
vez exceden de 1. Las relaciones(O/P) urea y (O/P)creatinina, también
es útil para diferenciar una insuficiencia prerrenal de una NTA;
la (O/P)urea suele ser >20 en la insuficiencia prerrenal, pero <3 en
la NTA. La (O/P)creatinina , es >10 en la insuficiencia prerrenal y <15
en la NTA. Es importante que todas estas pruebas se realicen antes de instalarse
el tratamiento, como reemplazo de volumen, perfusión de manitol,
diuréticos de "asa".
El flujo
urinario ayuda a identificar las causas de una función renal rápidamente
declinante. La anuria completa es infrecuente en la NTA, pero lo es en
la necrosis cortical, algunas nefritis rápidamente progresivas,
la coagulopatía diseminada (intrarrenal), la obstrucción
biureteral. Las oscilaciones diarias de flujo urinario, identifican una
uropatía obstructiva intermitente. Un flujo urinario normal o poliúrico,
puede estar presente en una obstrucción parcial.-
IRA
EN EL EMBARAZO
Ya se
mencionó que ocurre con una frecuencia de 1:2.000 a 1:5.000 embarazos
en los países subdesarrollados (alrededor del 0.05 %). Entre los
años ´50 y ´60, se informó que, el 18 % de las
gestantes con IRA fallecieron. En Francia, en 1966, los casos de IRA relacionados
con obstetricia significaron el 40 %, reduciéndose al 4,5 % en 1978,
gracias a la virtual desaparición de los casos provocados por el
aborto séptico. En la India, en 1989, el 22 % de las pacientes derivadas
a diálisis estaban relacionadas con la gestación, alcanzando
una mortalidad del 55%. Puede describirse un 1er. pico de ocurrencia de
IRA al comienzo del embarazo, asociados generalmente al aborto séptico,
y un 2do. pico, desde las 35 semanas al puerperio, en relación con
preeclampsia y complicaciones hemorrágicas (especialmente el desprendimiento
de placenta normoinserta). En lugares donde el aborto está legitimado
el 1er. pico ha declinado sustancialmente, o incluso desapareció.-
1.- ETIOLOGIA
Durante
el embarazo, suele ser el resultado de un grave déficit del flujo
sanguíneo a la zona cortical renal. En el 60 % de los casos, esta
hipoperfusión se debe a la preeclampsia. Un 30 % de casos se debe
a hemorragia grave por placenta previa o accidente de Boudelocque. Otro
5 % de estos casos de hipoperfusión renal, se debe a un síndrome
nefrótico grave, a una hipertensión arterial (HTA) maligna
o a un síndrome urémico hemolítico. Una mínima
proporción de las casos de IRA de causa obstétrica, se deben
a obstrucción ureteral por útero hiperdistendido, o por proceso
inflamatorio renal agudo (nefritis lúpica).-
2.- FISIOPATOLOGIA
La hipoperfusión
renal en la eclampsia es el resultado de la restricción del volumen
intravascular, el espasmo de las arteriolas aferentes al glomérulo
y los depósitos subendoteliales de fibrinógeno ocluyendo
capilares glomerulares. En los casos de placenta previa y desprendimiento
placentario, la depleción aguda del volumen intravascular y el vasoespasmo
reactivo grave, son la causa de la disminución de la perfusión
renal. En el desprendimiento placentario, a la disminución del volumen
intravascular, se agrega la coagulación intravascular diseminada
(CID), con microtrombos vasculares renales empeorando la disminución
del flujo sanguíneo renal.
Luego
de una hipovolemia grave, el flujo sanguíneo de la corteza renal
disminuye, mientras se mantiene el medular. Esta isquemia cortical reduce
marcadamente el índice de filtración glomerular, la capacidad
de concentración renal y el volumen urinario (insuficiencia prerrenal).
Si persiste la hipoperfusión, evoluciona a la NTA (necrosis cortical).
Aun con volumen intravascular normal, se puede producir una hipoperfusión
renal por disminución de la presión de perfusión (insuficiencia
cardíaca), o por disminución de la presión coloidosmótica
plasmática (síndrome nefrótico).-
La primera
respuesta a la hipoperfusión, es preservar el volumen intravascular
y mantener el Na corporal. Se concentra la orina y disminuye su contenido
en Na (generalmente < 20 mEq /litro. Al prolongarse la situación,
el riñón pierde la capacidad de concentrar orina y de retener
Na, produciendo un cociente entre osmolaridad urinaria y osmolaridad plasmática
(O/P) de alrededor de 1,0 y una concentración de Na urinario > 20
mEq /litro (frecuentemente 50 a 70 mEq /litro).-
3.- DIAGNOSTICO
En las
pacientes obstétricas, se pueden dar una variedad de situaciones
clínicas. Algunas se dan después de una emergencia obstétrica
(eclampsia, desprendimiento placentario, placenta previa), y otras desarrollan
oliguria o anuria en el curso de un ingreso hospitalario. Sea cual fuere
la situación, hay una serie de medidas que deberán ponerse
en práctica sin demoras, como ser:
3-a)-Monitorización Hemodinámica: colocar si demoras un catéter
de presión venosa central (PVC), o uno de Swan-Ganz. Una PVC o una
presión de enclavamiento pulmonar (PEP) elevadas, sugieren una NTA
o necrosis cortical renal, lo que obliga a la restricción de líquidos
IV. Si la PVC o la PEP están bajas, indica depleción del
volumen intravascular y necesita administrarse líquidos IV.-
3-b)-Exámenes De Orina: la anuria completa es rara y sugiere uropatía
obstructiva o severa lesión renal. En la mayoría de los casos
de IRA, es posible obtener muestras de orina, para determinar su osmolaridad
y concentración de N. Una osmolaridad urinaria >500 mosm/Kg. indica
buena función tubular y enfermedad prerrenal.- Una osmolaridad <400
mosm/Kg. es sugerente de NTA. Un cociente de osmolaridad O/P >1,2, indica
que la oliguria o anuria es de origen prerrenal. En los casos de NTA el
cociente de osmolaridad O/P es de 1,0 o cercano a 1.0, indicando la incapacidad
de concentración urinaria renal. En la NTA, la concentración
urinaria de Na está aumentada, indicando la incapacidad renal para
reabsorber tal camión. En la insuficiencia prerrenal, el Na urinario
suele ser <20 mEq/litro. Quizás la prueba más eficaz para
diferenciar una insuficiencia prerrenal de una NTA, sea la excreción
fraccionada de Na (prueba de FENa). En la insuficiencia prerrenal, este
catión es reabsorbido con avidez por las células tubulares
renales, mientras que en la NTA, la lesión no permite la reabsorción
del Na. La FENa se puede calcular con la siguiente ecuación: FENa
= (O/PNa ) / (O/Pcreatinina) x 100. Una FENa <1,0 indica azoemia prerrenal,
y valor >3.0 sugieren una NTA.-
El olor de la orina de las NTA es el del agua, y en las insuficiencias
prerrenales, es peculiar. El sedimento urinario en la NTA, contiene numerosas
células tubulares renales, moldes (cilindros) de células
tubulares renales y acúmulos de pigmentos marrones, los que, para
algunos especialistas, son patognomónicos de NTA.-
3-c) Exámenes De Sangre: el nitrógeno ureico (BUN), el ácido
úrico y la creatinina, sirven para evaluar la capacidad excretora
renal de productos nitrogenados. EL cociente entre el BUN y la creatinina
plasmática, es importante. En la insuficiencia prerrenal hay reabsorción
significativa de urea, elevando el cociente BUN/creatinina a valores de
20:1 o mayores. Debe medirse con frecuencia el K, que puede elevarse en
la IRA, a niveles que pueden obligar a la hemodiálisis. Deben controlarse
las concentraciones séricas de Na, especialmente en las pacientes
tratadas con diuréticos o soluciones cristaloides.-
4.- TRATAMIENTO
El de
la insuficiencia prerrenal y de la NTA es similar. En la mayoría
de las gestantes con fracaso renal agudo, se observa insuficiencia prerrenal
con oliguria, que puede ser corregida, siguiendo una serie de pasos.-
4-a)- Expansión Del Volumen Plasmático: para corregir el
déficit del volumen intravascular, pueden usarse: concentraciones
de hematíes; plasma fresco congelado; albúmina pobre en sal;
dextrano de bajo peso molecular; crioprecipitados o soluciones cristaloides,
dependiendo de la patología de base y de la existencia o no de complicaciones.
En los casos de desprendimiento placentario, es necesario expandir el volumen
plasmático, y mejorar la capacidad de transporte de oxígeno,
por lo que de elección son los concentraciones de hematíes.
En los casos de coagulopatías, se necesitarán crioprecipitados
y plasma fresco congelado. En los casos de preeclampsia y de hipoalbuminemia
sérica, se preferirán las concentraciones cristaloides y
los concentrados de albúmina pobre en sal, para expandir el volumen
plasmático. La administración de soluciones hipertónicas
de ClNa al 7,5%, pueden ser salvadoras en los casos de shock profundo.-
La expansión
del volumen plsmático debe monitorizarse con controles de PVC.,
que refleja la presión del llenado de la aurícula derecha,
indicando la capacidad del corazón derecho aceptar infusión
de líquidos. La PVC deberá mantenerse entre 10 y 15 cm de
agua durante el tratamiento. Por encima de los 15 cm de agua, deberá
disminuirse la velocidad de hidratación.-
Generalmente
la expansión palsmática se logra, administrando 500 a 1.000
ml de solución fisiológica durante 30 a 60 min., logrando
un aumento de la PVC y de la producción urinaria. Hay quienes prefieren
administrar soluciones sintéticas de fluido extracelular (750 ml
de ClNa al 0,9% + 250 ml de dextrosa al 5% en agua + 25 ml de solución
de bicarbonato sódico 3,75 gr/50 ml), para la reposición
de líquidos. Posteriormente se continuará con la administración
de solución isotónica de ClNa a 125 - 200 ml/hora, para mantener
una PVC normal, y un flujo urinario 30 ml/hora. En general, la respuesta
a la reposición de líquidos es transitoria, y requiere aumentar
la administración de los mismos vía IV. En la preeclampsia
grave, esta conducta puede conducir al edema pulmonar, ya que estas pacientes
tienen aumentada la permeabilidad capilar, y disminuida la presión
coloidosmótica, pasando fácilmente, los líquidos administrados
vía IV, al espacio intersticial. El edema pulmonar puede producirse
cuando la diferencia entre la presión coloidosmótica plasmática
(21 - 25 mm Hg) y la de enclavamiento pulmonar (6 - 10 mm Hg) se reduce
a menos de 3 mm Hg.-
4-b)- Parto: el desarrollo de una oligoanuria en una embarazada es, casi
siempre, indicación de interrupción de la gestación,
para mejorar el pronóstico materno y fetoneonatal. En estas pacientes
es frecuente la poliuria postparto, lo que estaría a favor de la
existencia de compresiones ureterales. Lo más probable es que, esta
poliuria, ocurra por mejoría de la perfusión renal y de la
redistribución del gasto cardíaco luego del nacimiento. Un
25% del gasto cardíaco, en el embarazo, va destinado a las necesidades
de la circulación placentaria, las que desaparecen brúscamente
luego del parto. Además, luego del nacimiento, es factible la administración
de diuréticos a dosis necesarias y la realización de pruebas
diagnósticas radiológicas y con radioisótopos, sin
el riesgo fetal.-
Evitar
la inducción sistemática de la inducción al parto
en las preeclámpticas con oliguria, ya que, en muchos de estos casos,
el diagnóstico de oliguria es cuestionable. El parto, en estas pacientes,
está indicado cuando la eliminación urinaria sea <20 ml
/ hora, durante 2 o más horas, pese a la adecuada expansión
plasmática, la administración de furosemida o cuando se prevé
que el parto vaginal no se producirá en las 24 horas siguientes.
No se aconseja la cesárea en los casos de oliguria, hasta no investigarla
y tratarla.-
4-c)- Diuréticos: se reconocen dos grupos de gestantes con IRA,
que deberán ser tratadas con diuréticos: 1)- pacientes con
insuficiencia prerrenal que no responden a la reposición intravenosa
de líquidos, por formar un tercer espacio y 2)- pacientes en etapas
precoces de la NTA. La formación del tercer espacio, por aumento
de la permeabilidad capilar y disminución de la presión coloidosmótica
plasmática, es frecuente en la preeclampsia y en las hemorragias
severas sin adecuada transfusión sanguínea. En ellas, el
túbulo renal responde inadecuadamente a la expansión plasmática,
y hará necesario forzar la diuresis con diuréticos (furosemida)
a dosis bajas, movilizando líquidos desde el espacio intersticial
al intravascular. No está demostrado que altas dosis de furosemida
prevengan o disminuyan la NTA. Es posible que las pacientes que responden
a este tratamiento, presenten formas leves de NTA, que habrían evolucionado
satisfactoriamente sin la medicación. La furosemida tiene pocos
efectos secundarios graves sobre el feto, y ayuda a restablecer la función
renal o mantener la NTA en un grado leve. Se recomienda iniciar el tratamiento
con dosis de 40 mg IV; sin en 30 min. no se logra respuesta, administrar
100 mg; si no se logra diuresis en 30 min. administrar 300 mg y, si tampoco
se logra respuesta, se considerará a la paciente con una NTA, y
deberá tratársela como tal.-
4-d)- Diálisis: con diagnóstico de NTA (aumento de creatinina
de 0,5 mg % o más; cociente de osmolaridad O/P cercano a 1.0; Na
urinario > 40 mEq /litro; PVC elevada; falta de respuesta a la furosemida),
habrá que interrumpir la gestación, restringir líquidos
equilibrando pérdidas (diuresis, pérdidas insensibles), y
preparar a la paciente para hemodiálisis, la que se indicará
en pacientes que realicen una sobrecarga cardiovascular en la fase oligúrica
de la NTA, o una hipercalemia no controlable por medio de resinas de intercambio
iónico (de K), o una pericarditis, o una encefalopatía urémica,
o un desequilibrio electrlítico, o una acidosis metabólica.
Actualmente, se dializan las embarazadas, antes que desarrollen cualquiera
de estas complicaciones.
La indicación más frecuente de diálisis en la IRA
de causa obstétrica (NTA), es la sobrecarga líquida. Es difícil
mantener un aporte calórico adecuado con una restricción
líquida. La ventaja de la diálisis profiláctica, es
la posibilidad de mantener aporte calórico y proteico adecuados.-
5.- PRONOSTICO
La mayoría
de las gestantes con NTA se recuperan sin secuelas, normalizándose
entre 6 y 12 meses postparto.-
NECROSIS
CORTICAL RENAL
Se produce
la muerte tisular de toda la corteza renal, persistiendo la parte medular
del órgano. Tiene poca frecuencia en la clínica y, los pocos
casos que se describen, ocurren frecuentemente en las embarazadas, más
que en las no gestantes.-
El cuadro
puede ocurrir en la coagulopatía intravascular que complica al aborto
séptico pero, en general, es más común que ocurra
hacia el final del embarazo o en el puerperio (complicaciones sépticas
menos frecuentes).-
Más
común en multigestas mayores de 30 años, asociada a complicaciones
obstétricas, frecuentemente desprendimiento normoplacentrio y rara
vez en muerte fetal prolongada. Se estimó, en un momento, que el
cuadro ocurría cada 200 desprendimientos normoplacentarios con hemorragia
oculta (actualmente la incidencia es menor). No obstante, cabe la sospecha
de desprendimiento normoplacentario, cuando se desarrolla cuadro de IRA,
entre las 26 y 30 semanas gestacionales (un 45% de los casos tuvieron hemorragia
oculta). Similares hemorragias en no grávidas, no llevan a la necrosis
cortical, y la incidencia de este cuadro, asociada a la preeclampsia, es
discutida (para algunos autores puede ser del 11%).-
La necrosis
cortical, puede afectar toda la corteza renal, llevando a una IRA irreversible.
La variedad incompleta ("en parches"), es la más frecuente en el
embarazo, presentándose con un cuadro de oliguria severa inicial
(incluso de anuria), más prolongado que en la NTA no complicada,
seguido por una recuperación variable de la función renal
y un período estable de insuficiencia renal moderada. Con los años,
habitualmente la función renal se deteriora, pudiendo llegar a la
insuficiencia renal terminal, desconociéndose la razón de
esta evolución.-
1.- DIAGNOSTICO
En la
necrosis cortical renal, el diagnóstico se basa en la biópsia
renal y /o la angiografía selectiva (información sobre el
grado de lesión). Hay necrosis de todos los elementos de la corteza
renal, incluso necrosis extensa y trombosis de los vasos renales. La calcificación
cortical, es signo tardío, apareciendo 6 o más semanas después
del inicio del proceso. La aguja de punción, puede pasar por alto
la o las zonas de "necrosis en parches". Debe considerarse este diagnóstico
en los casos de recuperación funcional incompleta, incluso los que
no evidencian lesiones tisulares. La arteriografía mostrará
la ausencia de un nefrograma cortical, en la necrosis cortical completa
y un aspecto heterogéneo en la necrosis en parche.-
La técnica
de lavado con Xe133, muestra un flujo sanguíneo renal muy disminuido
(< 50 ml /100 gr de tejido/ min.), comparado con flujos superiores evidenciados
en los casos de NTA (cuadro clínico de ambas casi igual).-
Lo que
no se explica satisfactoriamente, es por qué la embarazada desarrolla
este cuadro más fácilmente que la no gestante. La biópsia
puede demostrar una nefroscleosis arteriolar, sugiriendo que son riñones
más "vulnerables" a la isquemia o a la coagulación. También
se barajó, como patogénesis, el espasmo el espasmo renal
"selectivo" severo y prolongado, que puede ser seguido por coagulación.-
Clínicamente
surge una oliguria grave (incluso anuria), en el curso de una complicación
obstétrica, con riesgo para la vida materna. Aparece una hematuria
franca, con eritrocitos urinarios dismórficos e hipocrómicos,
observándose membranas eritrocíticas colapsadas y vacías.
Pueden detectarse anomalías hematológicas características
de coagulopatía intravascular diseminada. Rápidamente aumentan
el BUN y la creatinina plasmática. En algunas circunstancias, no
es fácil diferenciar la necrosis cortical renal de la NTA pero,
la evolución de ambos, es diferente y, la oliguria o anuria prolongada
con recuperación escasa o nula de la función renal, indica
una necrosis cortical renal.
2.- PRONOSTICO
Es malo.
La mayoría no recupera la función renal, o solo parcialmente,
necesitando diálisis crónica.-
IRA
EN UROPATIA OBSTRUCTIVA
Pocos
casos comunicados de oliguria grave por uropatía obstructiva en
la gestación. La obstrucción puede ser por compresión
ureteral por el útero, a nivel del extremo pélvico del uréter.
Mayor frecuencia en embarazos gemelares y polihidramnios grave. La anuria
completa es característica de la uropatía obstructiva, mientras
que, en la insuficiencia prerrenal y renal, la eliminación urinaria
rara vez desaparece totalmente. La extracción fetal va seguida de
diuresis abundante. Esta posibilidad de IRA por compresión ureteral
por útero agrandado es muy discutida y, quizás pueda ocurrir
al final de la gestación. El filtrado glomerular en el embarazo,
permanece elevado, aún en las dilataciones ureterales.-
La obstrucción
ureteral por litiasis en el embarazo, se estima que ocurre en un 0,03 a
un 0,35%. Los cálculos renales son la principal causa de dolor cólico
abdominal, no relacionado con dinámica uterina, que pueden requerir
internación para su tratamiento. En casos de complicaciones que
indiquen necesidad de cirugía, el embarazo no debe ser impedimento
para una urografía IV, la que requerirá que se cumplan varios
criterios clínicos específicos para su realización,
como ser:
1.- hematuria
microscópica.-
2.- síntomas
urinarios recurrentes.-
3.- cultivos
de orina negativos para pielonefritis.-
Con la
presencia de dos de estos criterios, el diagnóstico de litiasis,
será positivo en un 50% de casos. Si la ecografía no es concluyente,
se indicará un urograma excretor, con menos de tres exposiciones.-
El tratamiento
debe ser conservador, con hidratación adecuada, antibióticos
y analgésicos, incluso bloqueo epidural segmentario continuo (D-11
a L-2), el que puede influir favorablemente en el pasaje espontáneo
de los cálculos. Cuando el bloqueo calma el dolor, la paciente puede
orinar sin dificultad, movilizarse sin asistencia, y disminuye el riesgo
de desarrollar tormboembolismo, el que se encuentra incrementado por reposo
prolongado en cama, obnubilación, náuseas y vómitos.
Si se sospecha una IRA por obstrucción (en obstetricia), colocar
a la gestante en posición de decúbito lateral o posición
genupectoral para descomprimir uréteres, si fuera compresión
por útero gestante.-
IRA
EN EL ABORTO SEPTICO
En Estados
Unidos, antes de legitimarse el aborto, ocurrían entre 200.000 y
1.000.000 de abortos ilegales por año, y un 5% de éstos se
complicaban dejando secuelas críticas.-
1.- CUADRO CLINICO
Los abortos
sépticos infectados por clostridios y E. coli, pueden ser muy graves.
Su comienzo puede ser súbito o presentarse hasta 2 días después
la maniobra abortiva. El cuadro se caracteriza por fiebre (40ºC o
más), mialgias, vómitos, diarreas a veces sanguinolentas.
La mialgia es generalizada pero más intensa en miembros proximales,
tórax y abdomen. El cuadro puede confundirse con enfermedad inflamatoria
abdominal, especialmente si la maniobra abortiva es negada, o no se investiga
el antecedente. Es frecuente la ausencia de hemorragia ginecológica.
Instalado el cuadro, rápidamente hipotensión, disnea y progresión
al shock. Es frecuente la ictericia y el color bronce de la piel por la
asociación de ictericia, con vasodilatación cutánea,
cianosis y palidez. Pese a la fiebre, las extremidades pueden estar frías
y presentar zonas purpúreas, precursoras de parches de necrosis,
en dedos y nariz.-
El laboratorio
muestra anemia grave por hemólisis; hiperbilirrubinemia directa
que, por lo general, supera los 10 mg %; evidencias de CID; leucocitosis
25.000 /mm³ o mayor; fórmula leucocitaria acentuadamente desviada
a la izquierda; trombocitopenia de 50.000 /mm³ o menor; no es rara
la hipocalcemia tan severa como para provocar tetania; orinas escasas,
con hemoglobinuria y proteinuria de 4+ o más; en sedimento se observan
eritrocitos y cilindros pigmentados.-
Una placa
radiográfica puede evidenciar imágenes aéreas intrauterinas
o intraabdominales, provocadas por microorganismos formadores de gas y
/o perforaciones uterinas.-
Pese
al cuadro, la identificación de las bacterias es difícil,
cuando la presencia de clostridios es normal en el tracto genital femenino.-
En un
7% de estos casos, la muerte sobreviene horas después de la maniobra
abortiva. En muchos otros casos, la fiebre y los síntomas responden
al tratamiento antibiótico y expansión plasmática,
necesitando tratamiento posterior para la IRA.-
La persistencia
de fiebre más allá de 48 horas de iniciado el tratamiento,
sugerirá una infección mixta, que necesitará ser investigada
y tratada.-
En otro
grupo de pacientes, la instalación del cuadro es más insidiosa,
y la fiebre persiste por más tiempo. Pueden desarrollar un síndrome
hemolítico tóxico 2 a 3 días después, pero
la gran hemólisis, las mialgias y la hemoglobinuria son mínimas
o están ausentes.-
La evolución
clínica de la IRA, es la de una NTA. También puede ocurrir
una necrosis cortical renal bilateral o sectorial, con IRA irreversible
total o casi total. En estas pacientes, la fase oligúrica suele
prolongarse por 3 semanas o más. Cuando se empieza a sospechar que
la paciente no tiene una necrosis tubular, sino cortical, comienza la fase
diurética.-
2.- ETIOLOGIA
La IRA
por aborto séptico, suele tener varias etiologías. El vómito
deprime el volumen plasmático, y la sépsis agravará
la hipotensión. Ambas cosas llevarán a la isquemia renal
severa. La sépsis en el embarazo suele deberse a bacterias gramnegativas.
Los clostridios representan el 0,5% o menos de los casos que desarrollan
shock, y se asocian frecuentemente con insuficiencia renal, quizás
produciendo una nefrotoxina específica. La embarazada es más
susceptible a los síntomas del tipo reacción de Shwartzman
generalizada, y la endotoxemia que provoca esta reacción, puede
ser responsable de la necrosis cortical que ocurre luego de un aborto séptico.
Sin embarago, la incidencia de necrosis cortical al inicio del embarazo
(cuando ocurren los abortos), no difiere de la de las no embarazadas.-
3.- TRATAMIENTO
Iniciar
en forma inmediata tratamiento de sostén, antibioticoterapia de
amplio espectro (generalmente triple asociación), que cubra los
gramnegativos. El uso de antitoxinas cuando hay clostridios y la aplicación
de oxígeno hiperbárico y transfusiones de intercambio, aún
son discutibles. La remoción del útero en forma rápida
(siendo un gran caldo de cultivo), también es motivo de controversia.
Algunos opinan que no debe demorársela para salvar la vida materna.
Otros son de la opinión que, si el útero no se encuentra
muy comprometido, los modernos antibióticos pueden ser suficientes.
Además, estiman que, con muy mal estado general de la paciente,
la cirugía es muy riesgosa para su vida.-
IRA
EN LA PIELONEFRITIS AGUDA
La pielonefritis
aguda es la complicación más frecuente en el embarazo, con
mayor probabilidad de llevar a la IRA, que en no gestantes. Las razones
no son claras. Al parecer, la infección reduciría sustancialmente
el filtrado glomerular con importante incremento de la creatininemia. En
la no gestante, la infección tendría poco efecto sobre la
función renal. Quizás la vascularización de la embarazada
sería más sensible a los efectos vasoactivos de las endotoxinas
bacterianas. La pielonefritis aguda, en el embarazo, se asoció a
hipotensión arterial y, a veces, a trombosis de la vena renal.-
Una embarazada
con este cuadro, debe ser internada, y tratada enérgicamente con
antibióticos y medidas correctoras generales. El cuadro reviste
un potencial gravedad que no debe subestimarse.-
IRA
EN LA HEMORRAGIA Y DESHIDRATACION
La hemorragia
uterina hacia el final del embarazo y en el puerperio puede causar IRA.
La que ocurre en el embarazo puede ser difícil de diagnosticar por
no manifestarse externamente (hemorragia oculta). Generalmente la hemorragia
uterina lleva a una NTA pero, en casos de desprendimiento placentario o
preeclampsia agregada, puede desarrollar una necrosis cortical.-
La depleción
del volumen en la hiperemesis gravídica o en los vómitos
severos de la pielonefritis, pueden llevar a la NTA. En la hiperemesis,
el déficit dietético y la pérdida renal de K, ocasionarán
un hipopotasemia, que contribuye a la reducción del filtrado glomerular.
El vómito funcional, que persiste más allá de primer
trimestre, debe ser investigado, en busca de causas orgánicas.-
IRA
EN LA PREECLAMPSIA - ECLAMPSIA
En la
preeclampsia, el glomérulo aumenta de tamaño por edema de
sus células lo que, junto a la vasocronstricción generalizada
de la enfermedad, llevan a la isquemia renal, a la proteinuria y a una
reducción del filtrado glomerular, casi un 25% menor que en un embarazo
normal, pero comparable a la no gestante. En consecuencia, la creatininemia
se encuentra en niveles normales para la población general, o algo
por encima. Por tal razón, hay autores que recomiendan el parto
cuando la creatininemia supera 1 mg %. En varios casos de biópsia
renal con alteraciones histológicas propias de preeclampsia, se
encontraron cambios sugestivos de NTA, con creatininemia en promedio de
1,1 mg%, sin manifestaciones clínicas, con rápida recuperación
de la función renal en el postparto. Esto hace pensar que se subestima
el hecho de que, la preeclámptica, habiendo perdido el 50% de su
función renal, con un riñón relativamente isquémico,
puede estar en una etapa temprana de la NTA. Por tanto no sorprende que
la preeclampsia sea una causa importante de IRA hacia el final del embarazo.
Actualmente, debido al aumento de la sobrevida de los neonatos, la preeclampsia
no llega a producir estas complicaciones.-
En algunas
preeclámpticas, se desarrolla CID, con hemólisis intravascular
importante, con deterioro de la función renal. Antes, el 20% de
los riñones de las eclámpticas fallecidas, presentaban cilindros
intratubulares de hemoglobina.-
En la
preeclámptica, el volumen intravascular está reducido (vasoconstricción,
hemoconcentración), desarrollando fácilmente, la hipertensa
gestante, una azoemia prerrenal al restringirse la sal y administrar diuréticos.-
También hay incidencia aumentada de desprendimiento placentario,
aumentando la sensibilidad de los efectos renales adversos, ante la pérdida
sanguínea pre o intraparto.-
La IRA
de la peeclampsia, en general se debe a NTA. La peeclampsia en sí
progresas a la necrosis cortical.-
IRA
EN LA HEPATOSIS GRAVIDICA
La infiltración
grasa del hígado en el embarazo, es rara y afecta preferentemente
a las primigrávidas al final de la gestación o en el puerperio
inmediáto. Se presenta con ictericia y disfunción hepática
grave y, a menudo, IRA.
1.- CLINICA
La paciente
presenta fiebre, dolor abdominal, náuseas, vómitos. Luego
se agregan: ictericia y encefalopatía hepática.-
El laboratorio
revela una forma obstructiva, con hiperbilirrubinemia severa y transaminasas
normales La GOT es superior a la GPT, contrariamente a lo observado en
la hepatitis viral. También aumentan la FAL y la amilasemia, siendo
posible una hiperamoniemia. Algunas pacientes pueden presentar CID, y la
uricemia puede estar aumentada, independientemente del grado de afectación
renal.-
Por su
escasa frecuencia, este cuadro puede diagnosticarse erróneamente
como septicemia o preeclampsia complicada con trastorno hepático.
En un 20% de casos puede coexistir hígado graso y preeclampsia.
En
algunas pacientes, la instalación de la enfermedad fue precedida
por polidipsia y poliuria.-
Antiguamente,
la incidencia de IRA e hígado graso en el embarazo, era tan alta
como un 60% o más, y la mortalidad materno fetal alcanzaba un 70
y 75% respectivamente. Actualmente, estas cifras han mejorado, registrándose
casos menos graves y con mayor sobrevida.-
2.- HISTOPATOLOGIA
Histológicamente
el hepatocito presenta depósitos de microgotas de grasa, especialmente
en la zona central del lobulillo, sin inflamación ni necrosis. También
cambios ultraestructurales mitocondriales, semejantes a los observados
en los niños con síndrome de Reye. El riñón
puede estar morfológicamente normal o presentar vacuolización
grasa de las células tubulares, necrosis celular tubular focal,
cambios concordantes con regeneración tubular. También pueden
existir cambios ultraestructurales similares al síndrome urémico-hemolítico
(SUH).-
3.- ETIOLOGIA
Se desconoce
la causa del hígado graso en el embarazo. Antiguamente se culpó
al uso de tetraciclinas, pero esta entidad data de épocas anteriores
a la era antibiótica. Actualmente se la observa, cuando el uso de
tetraciclinas en la gestante es muy rara o no existe. Hay sugerencias de
que esta afección es la forma adulta del síndrome de Reye,
debido al esfuerzo metabólico del embarazo, y por la deficiencia
de la enzima cíclica de la urea, semejante a lo que ocurre en el
síndrome. No obstante, estas pacientes han desarrollado embarazos
normales posteriormente, lo que no condice con la deficiencia de enzimas
hepáticas, característica del síndrome.-
4.- TRATAMIENTO
Consiste
en la interrupción inmediata de la gestación, con tratamiento
de sostén de la insuficiencia hepática y renal, aunque no
se demostró fehacientemente la utilidad de la interrupción
del embarazo en el tratamiento.-
IRA
PUERPERAL IDIOPATICA (IRAPI)
Ocurre
en el puerperio, luego de una gestación por lo demás normal.
Fue considerada como entidad clínica específica en la década
de los ´60. Varios fueron los nombres con que se la conoció
desde 1983: nefrosclerosis maligna puerperal; nefrosclerosis acelerada;
IRA puerperal en normotensas; insuficiencia renal puerperal irreversible;
CID puerperal tardía con IRA; SUH puerperal.
1.- CLINICA
La enfermedad
puede aparecer entre 1 día y varias semanas postparto, presentando,
la paciente, oliguria o anuria, uremia rápidamente en aumento, frecuente
anemia hemolítica microangiopática, o coagulopatía
de consumo. Es frecuente la HTA severa, aunque inconstante. También
pueden presentarse trastornos cardíacos (cardiopatía dilatada,
insuficiencia cardíaca congestiva) o neurológicos centrales
(letargia, convulsiones), desproporcionados para los niveles urémicos,
o de la HTA o de la sobrecarga de volúmenes observables.-
2.- ETIOLOGIA
Actualmente
desconocida. Se sugiere enfermedad viral anterior; retención de
restos placentarios; drogas (ergotamina, oxitocina, anticonceptivos hormonales
postparto). En algunos casos se observó hipocomplementemia, orientando
a una posible causa inmunológica. También se encontró
deficiente producción de prostaglandinas y niveles de antitrombina-III,
semejantes a los observados en el SUH.-
3.- FISIOPATOLOGIA
Comparable
con la de la púrpura trombocitopénica trombótica (PTT),
y con otras afecciones caracterizadas por CID como el SUH adulto. También
comparable a la reacción de Shwartzman generalizada que se desarrolla
más rápidamente en la embarazada.-
4.- HISTOPATOLOGÍA
Las lesiones
renales se dividen en dos categorías: a)- cambios en los capilares
glomerulares similares a los observados en el SUH y b)- lesiones arteriolares
que evocan la nefrosclerosis maligna o la esclerodermia. Se puede observar
un depósito símil fibrina en el mesangio de la pared capilar
glomerular y arteriolar con frecuentes depósitos de C.3.-
5.- PRONOSTICO
Es malo.
La mayoría de las pacientes mueren o requieren diálisis crónica,
o sobreviven con función renal severamente reducida. Pocos casos
se recuperan. Tampoco la recurrencia, en embarazos subsiguientes, es habitual.-
6.- TRATAMIENTO
Especialmente
dirigido a combatir la HTA, y medidas generales de sostén para la
IRA .Antiguamente se recurría a la nefrectomía bilateral,
para salvar a pacientes con HTA acelerada que no respondían al tratamiento.
Actualmente, el uso de vasodilatadores potentes, de bloqueantes de las
enzimas convertidoras y de bloqueantes de los canales del calcio, hacen
innecesario aquel recurso.-
Hay quienes
postularon que, el uso temprano de anticoagulantes (heparina, antifibrinolíticos),
puede revertir la IRA, aunque esta medida no resulta muy convincente, y
tales drogas no están exentas de riesgos. El legrado uterino, para
evacuar restos placentarios, debe considerarse en los cuadros cercanos
al parto. Otros planes incluyen: tratamiento antiplaquetario; perfusión
de productos de sangre; transfusiones de intercambio; basados en el éxito
en las pacientes con PTT o el SUH adulto. No hay pruebas de la eficacia
de estos recursos. Muchas de estas paceintes han sido nefrotrasplantadas,
con buenos resultados.-
SINDROME
HEMOLITICO UREMICO
Este
síndrome (SHU), se caracteriza por súbita aparición
de anemia hemolítica (de rápida progresión), trombocitopenia
y falla renal aguda. Generalmente se presenta en el puerperio (entre 1ro.
y 10mo. día) y, en la mayoría de los casos, presenta HTA.-
La mayoría
de las opiniones está a favor de una causa desconocida, independiente
de la gestación y estrechamente relacionada con la púrpura
trombocitopénica trombótica.-
Histológicamente
se aprecia lesión de los capilares glomerulares, por formación
de depósitos subendoteliales de fibrina, que ocluyen la luz vascular
y provocan cambios parenquimatosos. Se forman microtrombos en las arteriolas
aferentes, aumentando la isquemia hística. Eritrocitos y plaquetas
se fraccionan al pasar por estos vasos afectados, ocasionando una anemia
microangiopática y trombocitopénica.-
El diagnóstico
diferencial más importante a establecer en este cuadro, es con la
preeclampsia con síndrome HELLP (anemia hemolítica; enzimas
hepáticas elevadas; recuento plaquetario bajo). Para evitar la confusión,
aplicar los siguientes criterios:
1)- pacientes con SHU no presentan síndrome preeclámptico
antes, durante, ni después del parto.-
2)- el diagnóstico de SHU es más probable luego de varios
días asintomáticos postparto.- La diferencia entre
preeclampsia y SHU, es importante para el pronóstico, ya que en
la preeclampsia es habitual la recuperación, mientras que el SHU
postparto, suele evolucionar a la muerte de la paciente o a su insuficiencia
renal crónica. Esta diferenciación, también importa
para el tratamiento, ya que en el SHU está indicada la plasmaférisis
y el tratamiento con heparina, que pueden no necesitarse en el HELLP.-
La plasmaférisis
mejora la evolución del SHU, pero la mayoría de los casos
de sobrevivencia comunicados, fueron tratados con heparina. También
son importantes, en el tratamiento de esta afección casi siempre
mortal, los antihipertensivos, anticonvulsivantes, antiagregantes plaquetarios
y la dietoterapia.-
OTRAS
CAUSAS DE IRA EN EMBARAZADAS
Se ha
descrito IRA luego de la embolia de LA; de la administración intraamniótica
de soluciones salinas; en accidentes o enfermedades no relacionadas con
la gestación, entre las que se incluyen: ingesta de drogas; transfusiones
sanguíneas incompatibles; valvulopatía reumática complicada
con endocarditis bacteriana. También se la asoció a glomerulonefritis
postestreptocócica aguda, a colagenoaptías. La embarazada
con una nefropatía de base, es más susceptible a una NTA,
al complicarse con preeclampsia, aunque su función renal anterior
haya sido normal.
DIALISIS
EN EL EMBARAZO
La diálisis
peritoneal ha sido utilizada en los casos de IRA de causa obstétrica,
y ni la peritonitis pélvica ni el útero agrandado, son contraindicaciones
para este recurso. El catéter deberá ser insertado en la
parte alta del abdomen, bajo visión directa. Este procedimiento
se indicará en los casos de shock séptico, o complicaciones
hipotensivas. Los antibióticos pueden ser instilados en la cavidad
peritoneal. Puede dificultarse en los casos de cirugías abdominales
anteriores, o desgarros traumáticos del peritoneo.-
Tanto
la urea, como la creatinina y otros metabolitos acumulados en la IRA del
embarazo, atraviesan la placenta, la diálisis, en estos casos, debe
instalarse tempranamente, y mantener los niveles de uremia en 30 mg% o
menos, convirtiendo la idea de "diálisis profiláctica" en
algo casi obligatorio.-
Durante
la diálisis, debe controlarse estrictamente el balance líquido
expoliación excesiva que lleve a una hipoperfusión uteroplacentaria.
Si el feto se encuentra maduro o con peso adecuado para la sobrevida extrauterina,
aunque asistido en UCIN, deberá interrumpirse el embarazo ni bien
el estado materno lo permita.-
El pronóstico
de sobrevida es mejor en las IRA de causa obstétrica, que en las
de causa médica o quirúrgica. La mortalidad materna ha disminuido
sensiblemente en las dos últimas décadas. El pronóstico
fetal es peor que el materno, muchas veces con abortos o fetos muertos.
La mayor complejidad neonatológica es la que mejorará estos
resultados. Poco se sabe sobre el porvenir reproductivo de estas pacientes
que padecieron IRA. Al parecer, una vez que la paciente se ha recuperado,
no tendría inconvenientes para contener un próximo embarazo
hasta el término.-
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