La Facultad de Medicina de la Universidad Nacional del Nordeste firmó un acuerdo con el Instituto Correntino del Agua y del Ambiente (ICAA) con el objetivo de desarrollar el proyecto denominado “IV Vigilancia Epidemiológica de la Esquistosomiasis en la Cuenca del Uruguay de la Provincia de Corrientes”.
El documento fue rubricado por el decano, profesor Gerardo Omar Larroza, y el administrador general del organismo provincial, ingeniero Mario Rujana. Formaron parte también de la rúbrica el director del Centro Nacional de Parasitología y Enfermedades Tropicales (CENPETROP), doctor Carlos Edgardo Borda y el docente de esta casa de estudios, profesor Carlos Casella.
El documento firmado estipula que la unidad académica, a través del Centro Nacional de Parasitología y Enfermedades Tropicales (CENPETROP), realizará durante dos años la vigilancia epidemiológica de la esquistosomiasis, una infección intravascular común causada por el parásito Schistosoma, el cual se encuentra en el agua dulce en zonas tropicales o subtropicales.
El administrador general del organismo provincial, ingeniero Mario Rujana señaló que esto se trata de una renovación de un acuerdo con el CENPETROP para seguir trabajando contra la esquistosomiasis que, hasta ahora, dijo “no ha aparecido como tal, pero si hay presencia de los caracoles en todas las presas de agua dulce justamente porque Corrientes es una de las provincias que tiene mayor cantidad de represas de embalse de agua para uso arrocero. Por ello, esta prevención continúa con este trabajo conjunto entre lo académico y el gobierno de Corrientes”, aseveró.
Rujana destacó que se eligió a la Facultad de Medicina de la UNNE por su prestigio y la experiencia que maneja el doctor Carlos Borda.
A su turno, el director del Centro Nacional de Parasitología y Enfermedades Tropicales (CENPETROP), Carlos Borda destacó que el Centro “trabaja en la esquistosomiasis que es la segunda enfermedad parasitaria del mundo, la primera es el paludismo. Es una enfermedad originaria de Egipto que llegó a América con los esclavos en el siglo XVI; los primeros casos fueron descriptos en 1908 en Bahía (Brasil) y desde entonces se vino propagando a lo largo de la Costa Atlántica hasta llegar al estado de Río Grande Do Sul. Ya hay casos a 20 kilómetros en Paso de los Libres y, en el país la única institución que trabaja en esta enfermedad es el CENPETROP”, destacó.
El doctor señaló a la hora de hablar de la propagación de la enfermedad que la gente que padece la misma puede ser de distintos estratos sociales y, como ejemplo graficó: “Por ejemplo, un operario que trabaja en la construcción de caminos defeca a orillas de una aguada una laguna o un canal y allí se encuentra el caracol que lo transmite y se establece la esquistosomiasis y desde allí se propaga lo que la convierte en una amenaza para la región”.
Consideraciones sobre la esquistosomiasis
La esquistosomiasis es una enfermedad parasitaria de origen hídrico transmitida al hombre por caracoles de agua dulce. Existe en 76 países en forma endémica. Más de 200 millones de personas están infectadas en todo el mundo y alrededor de 600 millones de seres humanos están expuestos al riesgo de infectarse y enfermar. Aunque solo el 10% de las personas infectadas tengan una enfermedad clínica grave, ese porcentaje representa a 20 millones de personas gravemente enfermas.De las 180 millones de personas infectadas restantes, se estima que entre el 50 y el 60% también tienen síntomas, lo cual constituye un problema de salud pública de enormes proporciones.
El efecto de la salud pública se puede determinar en términos de la frecuencia y la gravedad de la enfermedad, invalidez y muerte prematura relacionada con la esquistosomiasis. En el ciclo biológico del Schistosoma mansoni participan animales vertebrados e invertebrados. Entre los primeros se encuentran el hombre y otros mamíferos y entre los segundos caracoles que viven en aguas dulces superficiales. La esquistosomiasis es causada por gusanos que habitan en la sangre adheridos por ventosas en las venas mesentéricas del intestino. En el ser humano la penetración de cercarias produce una serie de signos y síntomas (dermatitis, cefalea, fiebre, malestar general). La cercaria en su desplazamiento a través de la sangre realiza cambios biológicos hasta llegar a gusano adulto alrededor de 45 días después de penetrar y, entonces, vive adherido por medio de ventosas al endotelio de los vasos mesentéricos. La hembra depone una media de 350 huevos por día y éstos son los que causan la enfermedad que se traduce en agrandamiento del hígado (hepatomegalia), del bazo (esplenomegalia), ascitis, hipertensión del sistema porta, etc. La sintomatología y la evolución de la enfermedad están en relación directa con el número de gusanos que alberga el individuo y el estado nutricional.
La infección y la enfermedad puede afectar a cualquier edad, pero los que más la padecen son los niños de ambos sexos en la etapa escolar.En la Argentina actual se presume que no existen casos humanos. Solamente se puede suponer que no hay casos autóctonos, porque en la vasta región del nordeste del país, las aguas superficiales relacionadas con los numerosos afluentes de los ríos Paraná y Uruguay están pobladas de caracoles Biomphalaria tenagophila y B.straminea que actúan como transmisores naturales de la esquistosomiasis en el Brasil. En las dos últimas décadas se han producido grandes cambios en el ecosistema de los dos grandes ríos Paraná y Uruguay que forman la Mesopotamia Argentina. Aparte de la construcción de las represas hidroeléctricas de Salto Grande y Yacyretá, el tratado del Mercosur ha incrementado notablemente el tránsito fronterizo de personas, sin ningún control sanitario, desde y hacia zonas endémicas del Brasil a la Argentina. Por otra parte, una causa determinante en la mayoría de las veces de la propagación de la esquistosomiasis son las construcciones hidráulicas sin control sanitario.
En la Argentina durante la construcción de la represa Yacyretá Apipé existió entre 1975 y 1989 una efectiva vigilancia epidemiológica de la esquistosomiasis, las actividades desarrolladas, a través de un Convenio entre la EBY y la UNNE, permitió que personal del Centro Nacional de Parasitología y Enfermedades Tropicales detectase cuatro casos de esquistosomiasis en obreros brasileños. Estos fueron sometidos a cuarentena y tratados apropiadamente. De esta forma se impidió la propagación en Ayolas, en donde existen criaderos naturales de B. tenagophila. Para contrarrestar la expansión de la enfermedad se aconseja el riego por: a) aspersión y goteo y b) cultivos múltiples, arroz intercalado con otros cultivos. El contacto de los seres humanos y los animales con el agua en estos embalses pequeños generalmente es frecuente, lo cual crea condiciones ideales para la transmisión.